Se acerca la fecha del 6 de diciembre y, de momento, no hay resolución para el Villarreal-Atlético de Madrid de la jornada 16ª en Primera. De momento, el encuentro está fijado para ese día a las 22.00 horas en el Estadio de la Cerámica, pero los dos clubs, así como LaLiga y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), están a la espera de que el juez se pronuncie sobre este asunto.

Ayer, en el juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid, hubo una vista en la que LaLiga defendió su petición de medidas cautelares para que el encuentro entre groguets y colchoneros se dispute en Miami, mientras que la RFEF se opuso por ser «totalmente contrario a la normativa FIFA». El juez Moisés Guillamón escuchó los argumentos de LaLiga, representada por la abogada María José López, quien razonó la concesión de la medida cautelar, aceptada por las dos entidades, que hicieron la petición formal a la RFEF junto a LaLiga, además de aludir a la disputa de la Supercopa de España, en agosto del 2018, en Tánger. La vista se prolongó durante dos horas, en gran parte por la amplia exposición a continuación del representante legal de la RFEF, Tomás González Cueto, quien afirmó que jugar el partido en Estados Unidos es «una actuación totalmente contraria a la normativa de la FIFA», señaló. «Nunca se ha celebrado un partido de Liga fuera de los países de sus federaciones. La comparación entre Liga y Supercopa no tiene sentido», apostilló González.

El juez Guillamón cuestionó que LaLiga haya solicitado la celebración del partido a la federación de Estados Unidos sin contar con el permiso de la RFEF y de la UEFA, así como la falta de condiciones excepcionales para cambiar el escenario de un encuentro y que, en este caso, sea una empresa la que lo organice.