El Villarreal se presentará el próximo domingo en el Molinón sin ningún objetivo. El equipo de Marcelino ya hace dos semanas que selló su pasaporte para la previa de la Champions, sin más opciones ni de mejora ni de verse sorprendido por abajo. Sin embargo, el calendario ha querido que el conjunto amarillo siga siendo protagonista de esta Liga 2015/2016 hasta el final, hasta el último segundo. El Villarreal será uno de los jueces del descenso que se dirimirá este domingo (19.30 horas), con dos de las tres plazas todavía sin dueño. En Getafe y en Vallecas estarán especialmente pendientes de lo que hagan los groguets ante el Sporting.

Es obvio que las palabras de Marcelino el pasado domingo, tras el choque ante el Deportivo, han provocado cierto recelo en las filas del Getafe y del Rayo. El técnico del Submarino aseguró que su equipo saldrá al Molinón a competir los tres puntos, pero, de paso, dejó salir su deseo: “Quiero que el Sporting se salve”. No es ningún secreto el origen del entrenador amarillo, como el de parte de su cuerpo técnico. Marcelino se formó como futbolista en el Mareo, jugó en el primer equipo del Sporting y entrenó a los gijoneses tras su retirada. Su segundo, Rubén Uría, es gijonés de nacimiento. Incluso uno de los fisioterapeutas del equipo, el exjugador Carlos Zurdi, dio el salto a Primera División con el próximo rival del Villarreal.

A pesar de los lazos que unen a amarillos y sportinguistas, el Submarino afronta con absoluto fair play el desenlace de la Liga, con los lógicos cambios de jugadores --el pasado domingo, por ejemplo, el entrenador del Submarino premió a Barbosa en la portería-- tras una temporada en la que la exigencia ha sido máxima para los futbolistas de Marcelino, tanto en la competición doméstica como en la continental.

DINÁMICA DIFERENTE // Así, la semana de trabajo de los amarillos no ha sido la habitual. Los jugadores habrán tenido tres días de descanso antes de regresar, mañana, a los entrenamientos para empezar a preparar su despedida de la temporada en el Molinón.

El del Villarreal no será un caso especial. Los otros dos conjuntos que comparten con los amarillos la responsabilidad de decidir qué equipos se van a Segunda también se han tomado con más relajación de la habitual esta última semana de trabajo. Así, el Betis, con un Merino en el banquillo que ya sabe que no seguirá (llega Gustavo Poyet), empieza hoy a preparar la visita del Getafe, el único de los tres equipos en peligro que depende de sí mismo.

El más aplicado en esta última semana es el descendido Levante, que solo ha descansado un día (ayer) y viajará a Vallecas dispuesto a competir como ya hizo la última jornada dejando al Atlético sin opciones de título. El Villareal de Marcelino también dejará el corazón a un lado para dar una lección de fair play en una Liga en la que no abundan buenos ejemplos, como ya descubrió el club amarillo en su último descenso al infierno de la Segunda A. H