Sergi Escobar (42 años), que ascendió al primer equipo del Castellón hace 10 jornadas, ha sumado 25 de esos 30 puntos, reacción con la que ya tiene virtualmente el billete para la promoción en el bolsillo (cuenta con una renta de nueve puntos) y que, de paso, permite que los albinegros dependan de sí mismos para acabar primeros de grupo. El entrenador almazorense visita Mediterráneo apenas unas horas después de que el cierre del mercado de fichajes escriba un punto y aparte.

--Ha llegado febrero, así que habrá respirado después de que se haya cerrado el mercado. ¿Cómo valora las llegadas?

--Hemos hecho dos incorporaciones, que son dos peticiones que yo he avalado a tope. Cristian [Herrera] ha hecho una excelente primera vuelta metiendo 14 goles y nos va a dar mucho, porque es diferente a lo que ya tenemos. Y Marc [Castells] nos da ese perfil de mediocentro más defensivo, que abarque campo, potente en el juego aéreo, que cubre la subida de un lateral..., que no teníamos. Han sido dos aciertos.

--¿Por qué ha preferido aligerar la plantilla con cuatro salidas?

--Es simple: por el número de fichas. No teníamos libres las de mayores de 23 años, así que había que dar bajas. Hemos tenido que darlas, con todo el dolor del corazón. Luego están los temas de Javi Zarzo y David Guinot, que han preferido salir: el primero se ha ido a Segunda B y el segundo, yo entiendo que tras el protagonismo que tuvo el año, no quiera ser aquí un secundario, con la competencia que había. Es un jugador que puede y debe volver al Castellón. Podemos completar la plantilla con gente del Amateur, que ya ha estado conmigo. Estos jugadores, tengan el protagonismo que tengan, incluso si están 45 minutos calentando en la banda, te lo van a agradecer y van a estar muy implicados, porque es un premio para ellos. Los prefiero a los que son más inconformistas, sabiendo que no tienen un papel relevante. Ha sido un mes duro, pero es ley del fútbol. Al final de la temporada veremos si hemos acertado o no.

--¿Por qué no ha venido el portero que había reclamado?

--Había que valorar el estado del grupo. Traer a un portero mayor de 23 años suponía dar otra baja, lo cual podía resquebrajar la unión del grupo, que ahora es excepcional. Al final, barajando las opciones, hemos decidido continuar como estábamos.

--Si usted hubiese estado al frente del equipo desde el principio, habría hecho otra plantilla…

--Con todo el respeto para el entrenador que estaba antes, habría hecho otro tipo de equipo. Cambiaría cosas, lo haría más a mi gusto y a mi modelo de juego.

--¿Qué le parece cómo han fichado el resto de rivales directos?

-- El Eldense ha cambiado mucho, incluso a última hora daba una baja, Axo, que ha acabado en La Nucía, donde también ha habido mucho movimiento. El Atlético Levante, Orihuela y nosotros hemos cambiado menos, aunque el Orihuela ha hecho tres o cuatro incorporaciones sobre todo de sub-23, que para nosotros, creo yo, son Colomer, Jordi Pitarch o Amine. Las teníamos dentro de casa. Algún papel tendrán, porque no vendimos humo cuando dijimos que íbamos a contar con la cantera. Hay equipos que han cambiado mucho y eso no es bueno, porque ahora tienen que volver a conjuntarse. Si no hemos cambiado tanto, es porque el grupo ha entendido lo que pedimos. Estoy contento con lo que tengo.

--¿Qué significa para usted entrenar al Castellón?

--El principal cambio es social: estás es boca de todos, en la calle te paran… Con todas las cosas buenas y malas, porque hay que tener la espalda muy ancha. El trabajo en el día a día es el mismo de todos estos años. A nivel de vestuario, es más fácil un equipo entre comillas profesional que uno amateur, cuando entrenas por la noche y la gente te viene cansada de la fábrica o de la naranja.

--¿Cuál ha sido su estilo, qué ha querido implantar?

--Hemos intentado ser lo más profesionales posibles, como lo hicimos cuando entrenábamos en Preferente. Es aplicar lo que hemos hecho, pero con más medios. Es más fácil, incluso, porque tenemos más disponibilidad que cuando compaginas el fútbol con tu trabajo. Aprovechas cosas para ayudar en la gestión del grupo, que para nosotros es muy importante, como las actividades extrafutbolísticas, como cuando hemos ido a la vía verde, una comida juntos… Eso hace piña.

--Se ha dicho que el cuerpo técnico es demasiado amplio para un club de Tercera División…

--Si vas al Villarreal, al C, al juvenil A o incluso al cadete autonómico, la foto del equipo es con un número de miembros del cuerpo técnico como el que podemos tener nosotros. Si queremos que el Castellón se profesionalice y sea más serio, deberemos contar con mucha gente. Son esos pequeños detalles que hacen mejor al equipo. Tenemos el número de miembros necesario para dar el paso adelante que hemos dado respecto a la anterior época.

--¿No cree que el club adolece de la figura de una persona que aglutine la dirección deportiva?

--Hay un trabajo de dos personas que no se ve. Es una parcela que, como otras, es mejorable, pero todo requiere de unos pasos.

--El Castellón ha experimentado un cambio radical, desde el punto de vista futbolístico, ¿no?

--El modelo de juego es el que hemos transmitido claramente al equipo, ser pragmáticos y no andarnos por las ramas: lo que priman son los resultados. Tenemos claro que debemos crecer desde la seguridad defensiva. Llevamos, en 10 partidos, 18 goles a favor y seis en contra, solo uno en las últimas cinco jornadas. Partimos desde esa sobriedad, que ya la tuvo aquí Kiko Ramírez o José Luis Oltra. No tenemos por qué asemejarnos al Villarreal, sino ser un elemento diferencial de una escuela que tenemos cerca, que lo hace muy bien y que tiene un modelo de juego. Nosotros, para competir, debemos plantear otro. Además, si vas a un campo de césped artificial con unas condiciones determinadas, no está regado..., el balón es un conejo y eso te limita, te debes adaptar.

--¿Cuál es su filosofía?

--Para que se entienda, hablamos de un modelo ofensivo combinado: tú puedes atacar buscando las segundas jugadas, el contrataque o el ataque organizado. Según las circunstancias (rival, campo…), en un partido le damos más porcentaje a un tipo de ataque, pero en todos los partidos hay de los tres. De salida, en los primeros 10 o 15 minutos, solemos ser más pragmáticos y buscamos el juego directo con Cubillas, para frenar al rival y asentarnos. Se trata de adaptarse al hábitat. En Tercera, excepto el Villarreal C, no se suele ver un fútbol más vistoso, porque el juego de esta categoría es otro, no el del Barcelona, que tanto mal, entre comillas, ha hecho. Jugamos al fútbol real de esta categoría, aunque pueda gustar más o menos.

--En Castalia, con todo, la idea es otra, ¿no?

--Nos encontramos con rivales más replegados, por lo que tenemos que circular más el balón, entrar por las bandas… Como les he dicho a los jugadores, ser un martillo pilón, como hemos hecho hasta ahora. Creo que 14 de nuestros últimos 16 goles han llegado tras el descanso. Maduramos los partidos hasta que hincamos el diente, que es fruto de la intensidad alta de los entrenamientos que hacemos.

--Todo por llegar bien a las fases finales, que son durísimas, como bien sabe por su experiencia…

--Existen un montón de factores. Tú tienes que atar el máximo número posible, pero hay algunos que se te escapan: la suerte, una decisión puntual de un árbitro… ¡Es tan complicado! Pero, en ese aspecto, la experiencia la tenemos, porque son seis temporadas disputando fases de ascenso, que son iguales en Preferente que en Tercera: partidos de pocos goles, con detalles muy concretos… Además, tenemos una plantilla con gente con experiencia.

--¡Vaya último mes!

--Estábamos a nueve puntos del primero y nos preocupaba más alejarnos del quinto. Hemos pegado un mordisco muy importante. Desde el día del Orihuela, le hemos recortado cinco puntos y siete al Atlético Levante sin enfrentarnos a ningún rival directo. ¿Qué quiere decir? Que, para mí, las promociones se ganan del sexto o séptimo para abajo; ahí no te puedes dejar puntos, porque los duelos directos son bastante más parejos. Es lo que ha pasado este mes, que nos ha permitido ya competir por el primer puesto. El Levante B ya nos mira con cierto nerviosismo.

--¿Crees que hay futbolistas que todavía acusan jugar delante de tanta gente?

--Ha sido una de las mejoras más importantes, porque les hemos transmitido nuestra ilusión y felicidad para que se tomen salir a Castalia como un premio, como un privilegio. Deben disfrutar, que es lo que hago yo, que me doy una vuelta y sueño. Es quitarles esa presión, porque impone jugar delante de 7.000 espectadores. Se están liberando.

--Aunque hace rotaciones, hay algunos, como Dealbert, Serra o Cubillas, que lo juegan todo…

--No lo harán, aunque siempre estás en el filo de la navaja: el día del Borriol hicimos descansar a Serra y casi fue una debacle. Más ahora, que tenemos la plaza del play-off bien asegurada: sería una debacle no entrar con los nueve puntos de ventaja que tenemos. No pueden jugarlo todo y llegar fundidos. Con la recuperación de Ximo, Arturo… podremos hacer rotaciones. No va a haber una alineación reconocible. Se trata de llegar a la promoción en el mejor momento físico, mental, técnico-táctico…, por eso habrá decisiones que igual no se entienden, pero que el cuerpo técnico las tendrá muy pensadas.

--Hablando de Dealbert, su aportación será vital, ¿no?

--Es orellut hasta la médula. No me canso de decirlo: hay que tener un par de bemoles de jugarse su prestigio, como lo ha hecho, porque él podría estar perfectamente sentado en el palco. Me emociono y todo. Habla poco, pero cuando lo hace, hay que escucharlo. Es importantísimo.

--Siempre que sube un entrenador del filial, existen dudas. Los resultados acaban respondiendo por uno mismo, ¿no?

--Al final son 20 años entrenando, en los que nadie nos ha regalado nunca nada. Son muchas horas de trabajo y sacrificio familiar. Entiendo que podía haber dudas entre los que no nos conocían, pero el trabajo y los resultados están ahí. Nos lo hemos ganado.

--Se le voy muy comunicativo, con un mensaje que llega…

--He sido profesor durante 20 años, lo que me ayuda en la gestión del grupo. Es una relación en la que tienes que estirar la cuerda, soltarla… Los futbolistas son como niños grandes: hay que darle cariño cuando toca y palo cuando toca. Sí, mi profesión me ha ayudado muchísimo.