Un jurado ha concluido que las 96 personas que fallecieron en el estadio de Hillsborugh no fueron "muertes accidentales", sino que la responsabilidad de la policía y las malas decisiones que tomaron sus mandos tuvieron mucha parte de culpa en el fatal desenlace que se vivió en el estadio de Sheffield el 15 de abril de 1989, donde iba a disputarse el partido Liverpool-Nottingham Forest, una de las semifinales de la Cup.

El veredicto del jurado, reunido en Warrington, al norte de Inglaterra, ha exonerado a los aficionados, cambiando así la sentencia del primer juicio, en el 2012, cuando se dictaminó que el desastre había sido accidental. Las familias de las víctimas, todas del Liverpool, apelaron la decisión exigiendo una nueva investigación, que empezó en marzo del 2014 y en la que han intervenido 800 testigos.

Los miembros del jugado han traslado la mayor responsabilidad a las fuerzas y el dispositivo de seguridad que se había establecido en el estadio después de que tres años antes, en 1986, en la final de la Copa de Europa entre el Liverpool y la Juventus, en Heysel (Bruselas, Bélgica), otra avalancha se hubiera saldado con 39 muertos.

La sentencia establece que hubo "una grave negligencia" en la intervención de la policía, personalizada en el comandante del dispositivo, David Duckenfield. Los errores de las fuerzas de seguridad crearon una situación de peligro en los accesos al estadio y en el control de la zona acotada para los aficionados del Liverpool.

Posteriormente, cuando se produjo la avalancha mortal que se saldó con las 96 víctimas, los mandos policiales no tomaron las medidas pertinentes para evitar la estampida ni para aliviar lasgraves consecuencias que provocó. Además, el jurado declara que hubo retrasos en declarar la situación como "un incidente mayor" y que las medidas de emergencia también fueron tardías. El estadio de Hillsborough no tenía el certificado de seguridadpertinente y las instalaciones no eran las correctas para afrontar una situación como la que se produjo.

Decenas de familiares se habían reunido a las puertas de la sede judicial a la espera del veredicto. La sentencia provocó emotivas reacciones de los familiares 27 años después de la tragedia. A raíz de aquel drama, las autoridades británicas cambiaron y elaboraron un nuevo protocolo de seguridad en los estadios, donde, entre otras obligaciones, todos los aficionados deben estr sentados.

El procedimiento no supone ninguna sanción o condena a los mandos policiales, pero puede provocar la apertura de otro procedimiento contra ellos una vez sentenciadas las deficiencias y los errores cometidos.