Solo Keylor Navas evitó el pasado 17 de octubre que Harry Kane marcara en el Bernabéu, en su primer partido de Champions contra el Real Madrid (1-1). La ovación con que fue despedido al término del choque le dio idea de la acogida que tendrá en el caso de volver como jugador blanco, la temporada que viene. También Florentino Pérez pudo comprobar una vez más las ganas de la inmensa mayoría de aficionados madridistas de poder disfrutar con un relevo de verdaderas garantías goleadoras para Benzema, de alguien que esté a la altura de Cristiano Ronaldo.

Dos meses y medio después, Kane cierra el 2017 como máximo goleador de Europa (56 goles en 52 partidos), por delante de Leo Messi y de CR7, mientras Karim sigue clavado en dos tantos en la Liga y dos en la Champions, sin posibilidades de recuperar el favor del público. Un dato definitivo para que el presidente del Madrid se haya fijado como objetivo prioritario el fichaje del goleador del Tottenham, por delante del de Neymar, que presentará muchas más dificultades a corto plazo, aunque todo podría cambiar si el Madrid es capaz de eliminar al PSG en los octavos de final.

La salida del francés o la de Gareth Bale le permitiría afrontar la operación, que no bajaría de los 200 millones de euros.