La selección española ya está en Gijón, donde mañana, salvo hecatombe contra Islas Feroe, mantendrá el pleno de puntos camino de la Eurocopa 2020. La Roja viene de pasar una exigente prueba en Rumanía, donde jugó francamente bien en la primera parte pero se complicó la vida en la segunda, sobre todo a raíz de la roja a Diego Llorente.

Fundamental, con dos intervenciones de mérito en el descuento, fue la actuación de Kepa Arrizabalaga. El meta del Chelsea, que ha desbancado de la titularidad a David de Gea, ha aparcado el debate sobre la portería, que el propio seleccionador, Robert Moreno, alimentó en la previa de la victoria en Bucarest (1-2), destacando que podría haber rotaciones debajo de los palos.

España jugaba con 10, con los rumanos apretando, al límite, contagiados por la intensidad que le transmitía una grada encendida, cuando, en los últimos segundos del partido, Kepa respondió ante dos claras ocasiones. Primero tapó espacio con el cuerpo y despejó a córner. La de después fue una parada para enmarcar: cabezazo potente a bocajarro, abajo, que sacó con los pies en una respuesta repleta de reflejos que le reivindica.

La Roja encuentra el portero salvador que demandaba tras un periodo de dudas, agravadas en el Mundial de Rusia.