El serial sobre el fichaje de Kepa Arrizabalaga, considerado por los servicios técnicos del Real Madrid como el portero del futuro, se cerró ayer después de que el vasco, de 23 años, decidiera renovar con el Athletic hasta junio del 2025. El club publicó en su cuenta de Twitter la noticia, comunicando la ampliación del contrato con una cláusula de rescisión de 80 millones de euros. De este modo, Kepa, cansado de esperar a Florentino Pérez, ha dado portazo al club blanco.

El culebrón de Kepa parecía no tener fin. Durante cuatro meses, el vasco ha sido el protagonista involuntario en radios, televisiones y periódicos deportivos madrileños. Parecía que el guardameta iba a ser el regalo de Reyes de Florentino Pérez. Sobre todo después de que, el 3 de enero, el director general del Real Madrid, José Ángel Sánchez, comunicara el interés del club blanco por el portero de Ondarroa. Más todavía cuando se aseguró que ya había pasado la revisión médica con el Madrid. Sin embargo, la historia ha tenido un final sorprendente y Kepa ha acabado renovando con el Athletic.

Ayudaron al presidente del Athletic, Josu Urrutia, las palabras de Zidane («no necesito un portero, ahora no lo necesito»), que se entendieron como un desprecio al guardameta. Pero, sobre todo, las del recién renovado Iñaki Williams, que persuadió a su amigo. «Todos sabemos cómo va esto del fútbol, que hay dos partes que se tienen que poner de acuerdo. Kepa sé que está tranquilo, hablo mucho con él, le intento convencer de que se quede», confesaba la Pantera.

Kepa llegó a Lezama en categoría alevín (2004). Salvo dos cesiones (Ponferradina en el 2014 y Valladolid en el 2015), su trayectoria ha sido completamente rojiblanca. Además, ha alcanzado la internacionalidad absoluta y acudirá al Mundial de Rusia.