Kike Monforte es eterno. El mítico runner castellonense, que perdió la vida el pasado 7 de marzo en les Useres mientras competía en la carrera Top of The Rock, fue homenajeado el pasado fin de semana, a título póstumo, por una serie de runners del grupo Montañas de Castellón, que fundó el propio Hércules --así se le conocía por su pasado como futbolista en la cantera del CD Castellón y en el mundo del fútbol provincial--, quienes emularon una gesta sin precedentes que realizara Monforte por primera vez el pasado agosto del 2019... pero él la hizo en solitario.

Bautizada por Kike como Reto sin dorsal, no se trataba de una carrera, sino de una salida montañera que unía Castelló con el pueblo originario de su mujer, Esme Vicente, Villarroya de los Pinares, ubicado en la provincia de Teruel. El que fuera colaborador de Mediterráneo en la sección Montañas de Castellón, completó tal locura deportiva, de 130 kilómetros de montaña en dos etapas: Castelló-Villafranca (78km) y Villafranca-Villarroya (52km), y eso mismo es lo que realizaron el pasado fin de semana, un año después, los nueve que finalmente tomaron la salida, ya que en un principio iban a ser más, pero por razones de coronavirus, solo tomaron parte nueve, más su mujer Esme, que se unió en la segunda etapa (que realizó entera), junto a otra serie de amigos de ella que se sumaron a lo largo del segundo día.

Nueve valientes para un reto legendario

Ni cortos ni perezosos, los Pepe, Raúl, Virchi, Sedano, Alonso, Lolo, Isma, Carlos y Luis, fueron quienes tomaron la salida desde Castelló rumbo a tierras turolenses.

Así, estos nueve valientes arrancaron a las 22.30 horas del pasado viernes, 28 de agosto, desde el domicilio de Kike Monforte en la capital de la Plana, desde donde él arrancó hace un año, para realizar gran parte del trayecto de noche. En total, 14 horas --nueve de ellas en noche cerrada-- con paradas en Borriol, La Pedra, la Bassa de les Oronetes, les Useres, Atzeneta, Culla --con almuerzo incluido-- y Villafranca, 78 kilómetros, llegando al mediodía del sábado 29.

Refuerzos de lujo, junto a Esme, para la segunda etapa

Tras descansar y reponer fuerzas en Villafranca, degustando y disfrutando de la gastronomía local, a las 6.00 horas de la mañana del domingo 30, los nueve runners de Montañas de Castellón y Esme Vicente, runner del Club Atletisme Running Castelló, y esposa de Monforte, iniciaron la segunda etapa, que unía Villafranca con Villarroya de los Pinares, de 52 kilómetros. Durante el trayecto, paradas en la Iglesuela del Cid, Cantavieja, Fortanete y llegada al Loreto de Villarroya, una ermita en la que una comitiva de vecinos de la localidad, amigos y allegados de Esme y Kike, también procedentes de Castellón, recibieron a los valientes corredores y corredoras, destacando los refuerzos durante el trayecto de varios runners, como Paqui, Marta, Ana, Peretti, Jota y José Luis, que realizaron la mitad de la segunda etapa, así como la hija de Esme y Monforte, Lucía, y su sobrino Santiago.

Una logística a la altura de una carrera ultra

Además, para que todo saliera a pedir de boca, varios voluntarios y voluntarias, amigos del entorno de Montañas de Castellón y del C. A. Running Castelló, fueron piezas fundamentales para coordinar una logística tanto de avituallamientos, coordinación de vehículos, seguimiento... Así, encabezados por Vicky, Paula y Juanma, a los que se les unió Javier en tierras turolenses, la logística funcionó a la perfección, para que todo finalizara en una comida de hermandad en mesas separadas de ocho comensales, debido a los protocolos sanitarios debido al coronavirus.

Catorce horas la primera etapa y nueve la segunda bien valieron la pena, en un reto en el que sus amigos sufrieron, rieron, lloraron, lo recordaron y acrecentaron todavía más la leyenda dentro del trail running castellonense del eterno Kike Monforte.