Kilian Jornet ha confirmado que las malas condiciones de la montaña, con fuertes nevadas en los últimos días, le han llevado a tomar la decisión de abortar su intento de ascensión veloz en el Everest por la cara norte, situada en el Tíbet. El reto de hacer la ascensión en tiempo récord, sin la ayuda de oxígeno embotellado, sin cuerdas fijas ni campos de altura, complicaban aún más su misión en el techo del mundo (8.848 metros) .

Jornet ha comentado este jueves por teléfono vía satélite que cuando ya estaban aclimatados para iniciar la subida "el tiempo empezó a cambiar". Después de tres semanas en su base de operaciones, que finalmente situó a 6.000 metros de altura, el alpinista de la Cerdanya había conseguido aclimatarse. De hecho, durante estos días de preparación había alcanzado la cota de 8.000 metros.

El plan que se había fijado Jornet y sus compañeros de expedición, el alpinista Jordi Tosas y los guías de montaña y cámaras Seb Montaz y Vivian Bruchez, era probar un método de aclimatación más rápido y exigente, consistente en evolucionar en altura a mucha intensidad y descender luego a cotas más bajas para recuperar.

FRUSTRACIÓN Y PRUDENCIA

Jornet ha lamentado el cambio de tiempo. "Hubo varias precipitaciones que dejaron fuertes nevadas y una acumulación de nieve importante. Así, aunque nosotros nos encontrábamos bien físicamente había mucho peligro de avalanchas y nos era imposible poder ascender en condiciones de seguridad óptimas". La montaña estaba en una situación "bastante peligrosa" y prefirió optar por la prudencia.

El alpinista catalán ha reconocido sentir "un poco de frustración" después de lograr una buena aclimatación y tener "buenas sensaciones", pero ascender con tal cantidad de nieve acumulada "suponía exponerse demasiado". Su idea es volver a intentarlo en futuros intentos.