jlizarraga@epmediterraneo.com

@josellizarraga

Una gran parte del éxito del Villarreal en los últimos cuatro años ha sido el gen competitivo y la solidez como bloque. Hoy no se puede ganar un partido en Europa y en La Liga sin jugar al cien por cien y con una exigencia máxima.

Para mi lo fácil sería cargar las culpas contra el error garrafal de Mateo Musacchio en el 0-2 y también señalarle por la acción en la que Devyerson le gana la posición en el 0-1. No creo que fuera justo con el defensa argentino que otras tardes ha sido un baluarte para su equipo. Ayer no estuvo fino y, es cierto, que le faltó la intensidad necesaria, pero ese precisamente es el problema que afectó a casi todo el equipo. A ritmo de ralentí es imposible ganarle hasta a un equipo de regional.

Cuando un conjunto no rinde como se espera, los motivos pueden ser de índole individual o colectivo. Es cierto que hay ahora muchos jugadores por debajo de su nivel habitual, pero lo que más me ocupa es la descomposición como equipo que he observado en el Villarreal. ¿Es la primera crisis de Escribá? Indudablemente es cuestión del entrenador buscar soluciones, tanto al bajón de forma de los futbolistas como a la mejora de los mecanismos del juego colectivo.

De Escribá me gusta su forma de analizar, y no buscar excusas, después de los partidos a los errores del equipo. Pienso que transmite, en ese sentido, transparencia. Lo veo positivo.

Sin embargo, hay algunos asuntos de criterio que me llaman la atención. No me refiero a la toma de la decisión, la cual respeto aunque pueda no compartirla, sino al concepto empleado para la asunción de sus apuestas. Y como para mi no existe nadie intocable y he aprendido a exponer mi opinión sin ambages, me choca la forma en que se efectúa la dosificación de esfuerzos. Me sorprende que se pueden hacer siete, ocho o nueve cambios de un partido a otro, porque se pierden los automatismos, pero sobre todo si el argumento de los mismos es el descanso de los futbolistas, el criterio no se sostiene cuando Bruno Soriano ha jugado todos los partidos de la competición europea y casi 12 enteros, menos el de Granada por lesión y ocho minutos ante el Celta. Algo falla en el criterio.

Es cierto que Escribá no tiene la culpa de los errores individuales ni de la alarmante falta de acierto cara el gol, pero si debe empezar a tomar cartas en el asunto, y un poco de mano dura, con la escandalosa falta de intensidad defensiva de algunos futbolistas. No entro en si su planteamiento es mas o menos ofensivo, aunque si observo que al Villarreal se le hace el campo demasiado ancho (mucho pase en horizontal) y corto (poca profundidad). Como decía Mario, al Villarreal le faltaron tres marchas ante el Alavés. Y considero al técnico capacitado para reconducir la situación, pero eso sí, ya debe empezar a arremangarse y tomar decisiones aunque no gusten.

Lo único innegociable en el Villarreal es el esfuerzo, el sacrificio, la solidaridad colectiva y el equipo. Quien no lo entienda así, debería pensar que solo falta un mes para el mercado de invierno y podrá tomar la puerta de salida. Ahora bien, tampoco es para alertar negativismos fuera de lugar porque todos los equipos tienen subidas y bajadas a lo largo del año. Pero, los acomodados no tienen cabida en el Villarreal.