Dicen que un triunfo tiene el valor del enemigo a batir. Uno de los mejores pilotos de la historia, el mejor del siglo XXI, el que será a final de año hexacampeón del mundo, Lewis Hamilton, examinó todas las cualidades de Charles Leclerc en un durísimo y espectacular duelo. Y el joven monegasco superó el examen con nota para apuntarse la segunda victoria consecutiva, para desatar el delirio ferrarista en Monza, donde la Scuderia no ganaba desde 2010 con Fernando Alonso.

«La semana pasada logré mi primera victoria, pero esta supone mucho más», dijo Leclerc al bajarse del coche ante el delirio de miles de tifosi, frente a la algarabía de todos los jefazos y accionistas de Ferrari. Leclerc ha ido madurando, creciendo, en la misma medida que Vettel se ha ido apagando.

Abandono de Sainz / No solo aguantó a Hamilton en la salida, Leclerc mostró unos nervios de acero al disputar la frenada al inglés a la vuelta de la única parada en boxes. Peor le fueron las cosas a Carlos Sainz que tuvo que abandonar por un fallo en el cambio de ruedas cuando tenía el sexto puesto bien encarrilado.