No corren buenos tiempos para Messi y Argentina. El jugador del Barça volvió a la albiceste como el gran salvador y ahora se encuentra en la encrucijada de consumar uno de los mayores fracasos en la historia del fútbol argentino, que se la juega contra Colombia en la madrugada del martes al miércoles.

La selección argentina entrenó ayer bajo la lluvia y con pronóstico de tormenta apocalíptica si no gana mañana a Colombia por las eliminatorias suramericanas. El entrenador Edgardo Bauza decidió reemplazar a Lucas Pratto, que juega en el fútbol brasileño, por Gonzalo Higuaín, uno de los chivos expiatorios preferidos de los hinchas indignados. El otro que cayó en desgracia es Pablo Zabaleta, del Manchester City. Lo reemplazará Gabriel Mercado, del Sevilla. Salvo Leo Messi, a todos les pende por estas horas sobre la cabeza la espada de Damocles. Y esto incluye al propio Bauza, quien es consciente de los peligros que lo rondan. «He estado en situaciones peores todavía. Pero soy optimista», confiesa.

Pendientes del ‘milagro’

El seleccionador argentino recordó que cuando dirigía la Liga Deportiva Universitaria, en Ecuador, una vez tuvo que ser retirado del estadio bajo custodia policial. Cuatro meses más tarde, era campeón de América. Bauza confía en que la historia se repetirá cuando el equipo adquiera regularidad y «estos jugadores puedan imponer la jerarquía que tienen realmente», matiza.

Si Argentina gana y Ecuador o Chile no lo hacen, la selección volverá a estar entre los cuatro de arriba en la clasificación para el Mundial de Rusia 2018. Todos contentos. Si empata, necesitaría un milagro: Ecuador debería perder por más de cinco goles contra Venezuela, Chile por una cifra similar ante Uruguay, Paraguay no debería vencer a Bolivia y tampoco Perú a Brasil.

Para Diego Latorre, exjugador del seleccionado y atinado comentarista del diario La Nación, los que salgan a la cancha ante Colombia «tendrán que demostrar coraje y sobreponerse a lo que digan el público o el periodismo». Mientras llega el que parece ser «el día D», la prensa, en especial la televisión, se ha consagrado a un nuevo deporte: linchar a los jugadores de manera impiadosa. Ni siquiera Messi puede evitar la acusación de ser el «amigo» de los cuestionados: Agüero, Higuaín, Di María. «¿Víctimas? Son jugadores de élite, muchachos… ¿De qué hablan cuando hablan de paciencia?», escribió en Olé el columnista Walter Vargas, en clara alusión al jugador del Barça cuando se refirió al desgaste psicológico de los futbolistas. «El tormento les bloquea las neuronas cuando los botines pisan el césped. Los tortura mentalmente y no los deja ser en la selección todo lo cracks que son en sus respectivos equipos», dijo Clarín.

«Como una orquesta»

César Luis Menotti siempre tiene algo que decir. Para el exentrenador de Argentina, los jugadores son «como una orquesta». Y no cualquiera. «La selección no tiene sonido y lo tendrá que encontrar el técnico. Así vamos a vivir hasta que nos salve Messi otra vez. O Agüero, Higuaín o Di María». valora el exseleccionador y extécnico del Barça en la época de Maradona. Por ahora, el Messi-violinista «no está tocando bien». No le corresponde tampoco «a través de sus virtudes realzar su orquesta», concretó el extécnico argentino. H