El Levante conquistó un punto repleto de mérito en el estadio Santiago Bernabéu ante un Real Madrid que sigue sin vencer en LaLiga de local, con errores de Zinedine Zidane en el planteamiento, en un nuevo partido a contracorriente que no encontró el milagro final al repeler el poste el disparo del germano Kroos.

El Levante golpeó primero aprovechando un grave error defensivo. De un saque de banda nació el gol con un balón que jamás puede botar dentro del área. Ivi se anticipó a la pasividad de Carvajal, controló con calidad y definió con clase. Su toque preciso fue inalcanzable para Casilla.

Era un golpe inesperado que planteaba otro partido a remolque en el Bernabéu para el Real Madrid. Tenía bandas para buscar por fuera soluciones. Comenzaron a llegar centros de Marcelo desde la izquierda y de Lucas Vázquez desde la derecha. Un disparo al cielo de otra novedad, Marcos Llorente, que tomaba el mando en el centro del campo.

A impulsos de orgullo, así encerraba a su rival el Real Madrid, con centros laterales y córners. Bale perdonaba de cabeza y fallaba la más clara, al borde del descanso, en un mano a mano que plasmó su falta de confianza. De un córner llegó el empate con el clásico testarazo del capitán, rechazado por Raúl y Lucas Vázquez marcando a puerta vacía.

La segunda parte sería un monólogo blanco, una lucha contra el nerviosismo con el paso de los minutos. El Levante mantuvo su firmeza y con eso ya era bastante ante el vigente campeón. Zidane recurría a Isco como salvador pero no era el día. El 4-5-1 dejó falta de pegada por la ausencia de delanteros y el Real Madrid añoró a su líder Cristiano Ronaldo. En el último suspiro Tony Kroos envió el balón a la madera.