Tres de los cuatro líderes de los grupos de Segunda División B llamados a disputar el play-off exprés cuando las autoridades sanitarias lo autoricen (Castellón, Atlético Baleares y Logroñés) solicitan a la Federación Española de Fútbol (RFEF) un protocolo «claro» para la vuelta a los entrenamientos y, sobre todo, cara a la disputa de los encuentros por subir a Segunda A. Todos los clubs implicados recibieron el pasado lunes un documento genérico, con fecha de marzo, sobre la vuelta a los entrenamientos de las plantillas, pero no específico para los clubs de Segunda B, de ahí que hayan mostrado su malestar en las últimas horas.

El gerente del Logroñés, Juanjo Guerreros, espera que antes de que su equipo regrese a los entrenamientos (presumiblemente el 25 de mayo si La Rioja pasa a la fase 2) les informen de «si hay que hacer test del covid-19, cuántos y cada cuánto», entre otras medidas, como ha sucedido con el fútbol profesional. Mientras, desde el Atlético Baleares, su gerente, Guillermo Pisano, dejó claro que solo se plantean disputar la fase de ascenso «si hay unas reglas iguales para todos y bajo estrictas normas de seguridad sanitaria y jurídicas». Dos visiones que comparten plenamente desde el Castellón, que aguarda también nuevas instrucciones.