Será como un Mundial, pero entre equipos del mismo país, Estados Unidos, y en una única sede, Salt Lake City (Utah). Tendrá una liguilla, un 'play-off' y una final, el 26 de julio. Se concentrará en un mes y constituirá una excepción: la NWSL será la única liga femenina de fútbol que se dispute en un mundo aún afectado por la covid-19.

Tanto es así que el Orlando Pride decidió hace apenas dos días retirar a su equipo de la competición después de que algunas de sus futbolistas y varios miembros de su cuerpo técnico dieran positivo por coronavirus al pasar las pertinentes pruebas. Todos los casos son asintomáticos y deberán confirmarse con otro examen. Pero sea cual sea el resultado, el tiempo de cuarentena imposibilita que el Orlando participe del torneo, que arrancará este viernes con las obligadas modificaciones.

La salud y seguridad de nuestras jugadoras y nuestro personal es nuestra prioridad número uno. Nuestros pensamientos están con las futbolistas y los técnicos que se han contagiado, así como con el Orlando Pride que se ha visto afectado, afirmó Lisa Baird, comisionada de la liga estadounidense de fútbol.

Todos estamos decepcionados, pero en la actual situación estábamos preparados para algo así y adaptaremos nuestros planes y calendarios a las nuevas circunstancias, añadió la mandataria tras asegurar que ningún otro equipo detectó positivos en sus filas.

DUDAS EN LAS LIGAS MASCULINAS

Este contratiempo de última hora obligó a la NWSL a retocar el calendario que había previsto para los nueve equipos que iban a participar en la renombrada Challenge Cup. Pero no a renunciar al campeonato, que será el primero en disputarse en Estados Unidos desde que la pandemia paró todo el deporte. Lo hará, además, justo cuando las diversas ligas masculinas se replantean cómo encarar la vuelta a la competición después de que varios jugadores dieran positivo por coronavirus en su regreso a los entrenamientos colectivos.

La NWSL Challenge Cup contará con las mejores futbolistas del mundo en un innovador escenario pensado para los tiempos que corren, se había felicitado Baird en la presentación del nuevo formato, después de que todas las ligas femeninas europeas optasen en marzo por cerrar sus torneos de manera inconclusa.

La liga que dirige Baird debía haberse iniciado el 18 abril, ocho meses después de que la selección de Estados Unidos conquistara su cuarto título mundial en Francia 2019, y concluir el 30 de noviembre. Las expectativas eran grandes. Los partidos del Mundial batieron récords de audiencia y los organizadores de la competición doméstica confiaban en poder aprovechar el creciente interés y rentabilizarlo esta temporada, que además debía estar atravesada por los Juegos Olímpicos.

Pero la pandemia ganó el primer pulso y obligó a buscar alternativas. Con el sindicato de futbolistas presionando para salvar sus sueldos, los organizadores de la NWSL decidieron renunciar a una liga convencional y optaron por una propuesta que concentra toda la temporada en 23 partidos, que se jugarán en una única sede, Salt Lake City, y en dos estadios, el Zions Bank Stadium y el Rio Tinto Stadium.

Sin público en las gradas, los ocho equipos en liza disputarán una liguilla antes de avanzar a los cuartos, las semifinales y la final. En contrapartida, por primera vez en los ocho años de vida de la NWSL, la CBS retransmitirá en abierto el partido inaugural entre el bicampeón North Carolina Courage y el Portland Thorns, así como la final. El resto del torneo también se podrá seguir por la plataforma de pago de la CBS y por Twitch en el extranjero.

Esperamos ofrecer a los aficionados un fútbol de talla mundial en los 25 partidos (23 ahora) de este torneo que durará un mes, apuntó Lisa Baird, feliz con el acuerdo televisivo logrado finalmente.

BAJAS DE RENOMBRE

La NWSL sigue teniendo problemas de financiación pese a ser la liga femenina más potente del mundo y a contar con algunas de las estrellas más rutilantes. Varias de ellas serán baja en este campeonato exprés. Alex Morgan, por maternidad. Carli Lloyd y Mallory Pugh, por lesión. Megan Rapinoe porque, a sus 34 años, teme el riesgo que implica acumular tantos partidos en tan poco tiempo y sobre césped artificial. La NWSL ha dado libertad a las futbolistas para disputar o no el torneo y ha garantizado sus contratos con independencia de lo que hagan.

"No es la situación ideal, pero hay que tener en cuenta que estamos viviendo una situación atípica para la que nadie en el mundo estaba preparado y hay que agradecer a la Federación y al sindicato de futbolistas que hayan hecho un esfuerzo por salvar el contrato de toda la temporada de las jugadoras", afirmó Vero Boquete, la española que junto a Celia Jiménez disputará la Challenge Cup.

"El único temor que teníamos era el de jugar con garantías sanitarias y, siendo estrictos con el protocolo, estamos viendo que se podrá salvar la temporada", añadió la exinternacional española en Marca.

Como en las retomadas ligas masculinas, antes y durante la competición, las jugadoras se someterán a diversas pruebas para descartar que puedan estar afectadas de coronavirus. Además, permanecerán concentradas en una suerte de villa olímpica para reducir al máximo los desplazamientos y el contacto con otras personas

El nuevo formato y las incógnitas aún por despejar dejan al campeonato sin un favorito claro al título y con el gran reto de imponerse al acecho del coronavirus.