El Liverpool saltará el jueves al verde de El Madrigal con el regusto amargo de los dos puntos perdidos ayer en Anfield. Porque el triunfo suponía asaltar los puestos europeos y porque el empate llegó cuando menos se lo esperaban, ante un Newcastle United que está con el agua al cuello en la Liga y que conseguía neutralizar la ventaja de dos goles de los de Jürgen Klopp.

Los reds abrieron ayer de par en par las puertas de Anfield para acoger a uno de sus técnicos más queridos pese a que este llegaba al frente de las urracas y con el único objetivo de acallar el You’ll never walk alone y asaltar la que fuera su casa para acercar al Newcastle a la ansiada salvación.

Llegaba Benítez cuatro días antes de viajar hasta Vila-real para jugar la semifinal de la Europa League y la fiesta no pudo empezar mejor para los locales. Apenas habían pasado 76 segundos de juego y ya mandaban en el marcador gracias a un gran gol con la pierna izquierda de Sturridge.

Los de Klopp se sabían superiores y a los 30 minutos ya tenían dos goles de ventaja gracias a un tanto de bella factura de Lallana.

Con dos arriba en Anfield ya casí pensaban en el Submarino... hasta que Benítez, que salió ovacionado, les aguó la fiesta. Primero Cissé y luego Colback lograron empatar el encuentro y sumar en su camino hacia la salvación. H