Una cicatriz en la cara diferencia a los hermanos Simon y Adam Yates. Casi, si quisieran, podrían cambiarse; un día ir uno de líder y el otro a cola de pelotón recuperándose de las heridas físicas y mentales de la batalla de la Vuelta. Se les diferencia en carrera, sobre todo, por el color distinto de las zapatillas que utilizan para que sus pies muevan los pedales de la bici. Desde el 2015, desde que eran dos de los más prometedores corredores del pelotón mundial, tan iguales y tan buenos a la vez, viven en Andorra la Vella. Simon, el protagonista principal en la película de la ronda española, conoce mucho más los puertos andorranos que cualquier repecho que pueda haber en las Islas Británicas.

PROTECCIÓN AL HERMANO / El Mitchelton, el conjunto que los paga, patrocinado por una bodega de vinos australiana, ha resguardado a Adam, al que apenas se le ha visto asomar el pelo por la cabeza de la Vuelta. Llegó del Tour, menos fresco que su gemelo, que Simon, el que parecía que iba a ganar el Giro con una sola pierna y, de forma inesperada, se hundió en el mismo número de etapa que este viernes se afronta en Andorra, a tres días del final. Si bien es cierto que su compatriota Chris Froome le dio un meneo que ya ha pasado a la historia.

LA SEGURIDAD DEL JERSEY ROJO / «Valverde y Mas intentarán quitarme la carrera pero conozco muy bien Andorra y creo que esto es una ventaja para mí». Alejandro, llamado el Bala en el pelotón, también conoce el Principado y todas sus montañas, de triunfar en ellas, en la Vuelta, por ejemplo, una vez en la cima de Envalira y otra en la presentación en sociedad de La Gallina, ante Purito, Contador y Froome. Hace dos años se planteó si también se trasladaba a Andorra pero decidió quedarse por razones familiares en Murcia. Ninguna de las cimas previstas en el guión de la Vuelta le va a sorprender. Tiene a un equipo, el Movistar, que sabe trabajar en este tipo de etapas. Y, como debe ser, el apoyo de Nairo Quintana, ya con una general que se le ha puesto imposible. «Me gusta oír y tener su apoyo», afirmó el ciclista murciano al término de una 18ª etapa, en Lleida, que no tuvo más historia que una fuga que llegó de milagro (victoria del belga Jelle Wallays) e impidió el triunfo al esprint de un Peter Sagan que sigue, pese a tener apetito, sin llenar su estómago victorioso en la Vuelta.

DE MALLORCA A LOS PIRINEOS / Si Yates se juega la Vuelta en casa, si Valverde no tiene intención de asumir el papel de visitante en unos puertos que también se conoce, Enric Mas no quiere ser menos. En febrero abandonó su Mallorca natal. El es de Artà pero últimamente vivía en Valldemossa, de donde es su novia. Y, como más de 60 profesionales de la bici, se instaló en Andorra. Y ha sido precisamente por cimas como La Rabassa (hoy), Beixalis, Ordino, La Comella y La Gallina (mañana) donde ha estado preparando todo este año la Vuelta; en exclusiva. Ni Giro, ni Tour, ni ningún otro objetivo que no se llamase ronda española.