“Es cierto que sueño con estar en Basilea, pero estoy despierto y solo pienso en ganar al Sparta. Si no lo hacemos así, el sueño se convertirá en pesadilla”. Fernando Roig Negueroles resume perfectamente la ilusión de toda la familia grogueta, pero transmite la concentración que existe en el vestuario y cuerpo técnico para superar el penúltimo paso que resta para estar en la final del 18 de mayo, porque los checos van a ser un duro escollo.

Se le nota convencido, pero a la vez cauto. Su imagen aparentemente gélida no se corresponde con un hombre que trabaja y respira 24 horas diarias y 365 días al año con la mente en su Villarreal. El consejero delegado es el arquitecto en la sombra de este equipo que ha plantado cara a los mejores clubs de la Liga y a dos grandes de Italia y Alemania, Nápoles y Leverkusen. Inteligente, pasional y racional, con ese toque de forofo por sus colores. Su fórmula es tan fácil de elaborar como difícil de conseguir, porque para ella se necesita creer siempre en lo que se hace cuando un equipo como el Villarreal no puede hacer lo que quiere por sus limitaciones económicas. Gran parte de los éxitos de este Villarreal son culpa suya.

“Estamos a dos pasos todavía, no quiero olvidarlo ni que nadie lo haga. Alcanzar los cuartos ya es meritorio para nosotros. Si pasamos sería nuestra cuarta semifinal, lo cual es imprescindible, por obvio que suene, para jugar finales”, recuerda Negueroles. Se le nota orgulloso de su gente, tanto de jugadores, como de técnicos y afición. “La campaña está siendo fantástica. Somos cuartos, con una ventaja de ocho puntos, y hemos superado a los grandes de la Liga. Solo nos ganó el Barcelona (3-0) y fue un resultado muy engañoso. Este equipo compite siempre y con cualquiera”, afirma el consejero delegado. “Somos un equipo muy sólido”, añade el dirigente.

Luego recuerda que el Villarreal es ya un club con una masa social consolidada y en crecimiento. “Cada vez hay más gente que se siente de su equipo y ya no es del Barça o Madrid, como sucedía antes. En el partido contra el Barcelona ya no se oía a nadie cuando marcaron los azulgrana. La afición del Villarreal es muy fiel y este año el promedio de asistencia ha subido considerablemente. Y lo seguirá haciendo, estoy seguro”, explica Negueroles.

La temporada no ha sido fácil porque las lesiones han atacado durante varios momentos de la campaña, siempre en posiciones puntuales. “Ha habido instantes muy difíciles, porque las bajas se acumulaban en puestos concretos y no es fácil competir al máximo nivel jueves y domingo. Y nosotros hemos superado todo con gran profesionalidad. La verdad es que este equipo ha dado motivos para confiar en él y para que todos nos sintamos muy orgullosos”, asevera, poniendo énfasis en su discurso. “Hemos mejorado el nivel de competitividad respecto a otras temporadas. Yo solo creo en el trabajo y la entrega, que es lo que este grupo de jugadores está haciendo cada semana”, matiza.

ÉXITO SÍ, PERO SOSTENIBLE // Su gestión ha estado marcada desde el principio por la coherencia económica, sin perder un atisbo de ambición. Negueroles es el arquitecto en los despachos de este Villarreal que rezuma espíritu indomable. Marcelino es el responsable de levantar la obra a pie de campo. “Queremos ganar un título, pero siempre con la humildad para tener claro que nuestro objetivo principal es estar en Primera. Lo aprendimos hace cuatro años, cuando descendimos, y no lo olvidamos. Luego, nuestra ilusión es jugar en Europa, y si estamos en Champions será muy importante para la estabilidad del club”, sentencia.

Es un tipo tremendamente positivo, aunque pueda ofrecer una imagen distinta. A la grada le pide que “transmita un ambiente ganador, como ha hecho hasta ahora”. “Se nota mucho cuando la afición aprieta, como hizo contra el Nápoles, Leverkusen o Barça, y les necesitamos. Si queremos soñar hay que ganarle al Sparta, y será complicado”, avisa un Negueroles que, no lo puede evitar, es supersticioso y tiene sus manías, contra las que lucha. Aún recuerda --en voz baja-- que vistió la misma ropa durante las 14 jornadas de la racha de imbatibilidad en Liga. “Al final hasta le cogí manía a la ropa”, bromea. Su padre no le va a la zaga y seguro que esta noche, como cada vez que juega el Villarreal en Europa, dará la vuelta al campo como ritual. Negueroles sufrirá en el palco como un groguet más. El arquitecto del Villarreal tiene corazón de hincha pasional. H