Julen Lopetegui se estrenó, como técnico del Real Madrid en el Bernabéu, en una noche tranquila, porque el Getafe permitió que los merengues se repusieran del varapalo del miércoles en la Supercopa de Europa (2-4 ante el Atlético).

Los blancos, en medio de un estadio semivacío (menos de 50.000 espectadores), mandaron siempre frente a un adversario bien pertrechado al principio, que tembló al cuarto de hora con el cabezazo de Bale al larguero, preludio del 1-0, que llevó la firma del lateral derecho Carvajal. El Madrid pudo irse más tranquilo al vestuario, pero el árbitro, a instancias del VAR, rectificó y no pitó un penalti sobre Ramos.

Cualquier atisbo de reacción visitante murió con el regalo de Djené, que se dejó robar la cartera por Bale, que dobló la ventaja merengue en el 50’. Acto seguido, Marco Asensio se topó con el palo. El Getafe ya perdió por 2-0... y sin disparar a portería aún.

El Madrid creyó que tenía el partido ganado y se adormeció. Ángel estuvo a punto de dar algo de emoción a 15 minutos del final, pero no llegó a rematar. El recién incorporado probaría a Keylor en el descuento, cuando el encuentro hacía mucho tiempo que estaba sentenciado.