Nunca dejó de estar en todas las quinielas, pero todo lo que se organizó en torno a la figura de Joaquín Caparrós y la sobreexposición de este en los medios llevó a pensar a Julen Lopetegui que sus opciones de dirigir a la selección absoluta eran más bien pocas, por lo que incluso apalabró un compromiso para esta temporada con el Wolverhampton de la Segunda inglesa. Intuía que el distanciamiento que se había producido con el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, a raíz de su salida de la federación en el 2014 para dirigir al Oporto, no tenía vuelta de hoja.

Por entonces, el técnico vasco ya era el mejor colocado para relevar a Vicente del Bosque y Villar se lo había deslizado personalmente en varias ocasiones, por lo que al dirigente federativo no le cayó bien que Julen se dejara llevar por la impaciencia, al margen de la gran oportunidad que suponía para él irse a entrenar a uno de los grandes de Portugal.

Cuatro años antes, su amigo y excompañero en el Madrid, Fernando Hierro, lo había repescado para la federación, donde había pasado una primera etapa como entrenador de porteros de las distintas selecciones en la época de Iñaki Sáez como seleccionador. Sus éxitos al frente de las selecciones españolas sub-19 y sub-21, a las que hizo campeonas de Europa en 2012 y 1013 le avalaban como sucesor idóneo para cuando Del Bosque diera el paso de marcharse, sobre todo por la forma en que los hizo y por los jugadores con quienes lo consiguió: De Gea, Bartra, Carvajal, Thiago, Koke, Morata, Alcácer, Sarabia, Camacho, Tello, Muniain, Denis Suárez, Jesé, Óliver Torres, Bernat y Deuloeu, entre otros. De ellos, los siete primeros están en la primera lista del nuevo seleccionador.

CON JOHAN CRUYFF

Jugadores con los que, tras una complicada experiencia como técnico en el Rayo y el Real Madrid Castilla, pudo saborear el éxito con la filosofía que asimiló primero como complemento marginal de la 'Quinta del Buitre' y más tarde en sus tiempos como tercer portero del Barcelona de Johan Cruyff, quien apenas le hizo jugar como titular en cinco partidos oficiales en tres temporadas en el 'Dream Team', pero que le hizo comprender muchas cosas, empezando por que al fútbol se gana más y mejor con el balón y los buenos jugadores.

Un cartel que no ha perdido para Villar después de su paso por el Oporto, en el que realizó una meritoria primera campaña alcanzando los cuartos de la Champions para acabar despedido sin acabar la segunda por Pinto da Costa, el dueño y presidente, con la excusa de que nunca se integró en el fútbol portugués y de que “dejaba el Ferrari en el garaje”.

Ahora acaba de ofrecer su primera lista como seleccionador de la absoluta y no falta quien le discute méritos, entre otras cosas porque nunca ha entrenado en la Primera española. Un detalle sin ninguna relevancia para Del Bosque, que aconsejó a Villar su vuelta aunque no lo admita en público, y para su antiguo colaborador en la RFEF Ginés Meléndez, coordinador de las categorías inferiores de la federación desde el 2011 y campeón de Europa con la Sub-19 ese mismo año, el hombre que marca la línea a seguir a los distintos técnicos de las selecciones inferiores y el enlace con la absoluta.

“Está preparado perfectamente. Mucho más de lo que se pueda pensar. Es un trabajador nato. Ante todo defiende al grupo como alma del vestuario y sin dejar de tener un carácter fuerte es hombre de consensos, pero sobre todo inteligente, leal y legal”, afirma Meléndez y lo corrobora alguien que le conoce muy bien, Jorge Pérez, el marginado secretario general de la RFEF, que en diciembre plantará cara a Villar para intentar acceder a la presidencia federativa.

APOYOS A CAPARRÓS

Pérez no fue consultado lógicamente a la hora de tomar la decisión final, tomada exclusivamente por Villar saltándose el trámite reglamentario de la aprobación por parte de la junta directiva donde Caparrós contaba con numerosos apoyos, pero el asunto no será utilizado como arma arrojadiza contra el presidente, ya que para el secretario general Lopetegui era la persona idónea para ocupar el cargo, una vez que Del Bosque dejó claro que no había marcha atrás a la vuelta de la Eurocopa.

“Le tengo en muy alta consideración. Lo hizo muy bien en su anterior etapa en la federación y reúne todos los requisitos para iniciar esta nueva etapa, que no tiene nada de sencillo. Pero es alguien con mucho criterio, tiene gran conocimiento del fútbol y de los jugadores y muy buena relación con ellos, muy buen 'feeling', y en ese sentido también va a ser muy positivo, afirma Pérez, que, no obstante, quiere puntualizar que Caparrós y Míchel, los otros candidatos que cumplían la condición de no tener equipo, también le hubiesen parecido seleccionadores adecuados, lo mismo que otros con trabajo como Jémez, Sánchez Flores, Valverde o Marcelino, el día del nombramiento en el Villarreal y hoy en su casa. Y también Camacho, claro, a quien por un lapsus se le olvidó incluir en la primera tanda.