El derbi de rivalidad autonómica que acoge este domingo el Estadio de la Cerámica gana en interés al estar Europa en juego. El Villarreal CF aspira a dar un paso más en pos de su objetivo de meterse en una competición continental la próxima temporada ante un rival inmerso en plena crisis deportiva y extradeportiva, con todas las miradas puestas en la figura de su entrenador, Albert Celades, tras la última derrota ante el Eibar, y en el propietario, Peter Lim, al que la afición echa en cara las decisiones tomadas a lo largo de la temporada.

En cambio, el viento sopla a favor del Submarino, que ha sido capaz de recortar los suficientes puntos en el reinicio de LaLiga tras el parón por el coronavirus y pasar a depender de sí mismo para alcanzar las metas marcadas. El equipo que dirige Javi Calleja, que todavía no conoce la derrota en esta reanudación de la competición, ya no solo piensa en la Liga Europa, sino que sueña con la Liga de Campeones. Pero para ello debe dar un golpe de efecto en el duelo de esta tarde.

PREOCUPADOS POR EL CALOR / Confiando en que el calor que se espera a partir de las 17.00 horas en La Cerámica (27 grados y una sensación térmica de 29) no pase factura, el entrenador del Submarino mantendrá su apuesta por las rotaciones, que en algunos casos serán por obligación, ya que son baja por sanción Manu Trigueros y Alberto Moreno, quienes se suman a la ausencia por lesión de Funes Mori. El resto de jugadores están en perfectas condiciones y han disfrutado de cinco días para recuperarse del esfuerzo realizado el pasado lunes ante el Sevilla y para preparar el choque.

En el vestuario amarillo son conscientes de que ganar al eterno rival se antoja vital en sus aspiraciones, de ahí que hayan trabajado a conciencia durante toda la semana para intentar sumar una nueva victoria que alejaría a un rival directo un poco más y que permitiría al equipo seguir mirando hacia arriba. Y es que el Submarino ha dado la vuelta a la situación con la que se reanudó LaLiga y los groguets ocupan la sexta posición con 48 puntos, dos más que el Valencia (8º) y uno más que la Real Sociedad (7ª). El triunfo se antoja clave.

La rentabilidad protagonizada ante el Celta de Vigo (0-1), Mallorca (1-0) y Granada (0-1), y el empate cosechado en casa contra el Sevilla le han llevado a sumar diez de los doce puntos en juego, siendo uno de los equipos más en forma en el regreso a la competición y teniendo sus números como su mejor carta de presentación en estos momentos.

UN RIVAL EN ENTREDICHO / El Valencia, por su parte, llega a La Cerámica con problemas internos muy graves. A la derrota contra el Eibar y la mala imagen ofrecida se sumó la bronca entre su técnico y Maxi Gómez. Las desavenencias entre Celades y el vestuario se han hecho públicas y están pasando factura a un plantel que ha salido de los puestos europeos y tendrá que remar mucho hasta el final para dar la vuelta a su delicada situación actural.

Tras dar descanso en la última jornada al joven Hugo Guillamón se espera que Celades le recupere como pareja de Gabriel Paulista en el centro de la defensa, y más tras la expulsión de Eliaquim Mangala en el último choque. Además del central francés por sanción, serán baja por lesión Ezequiel Garay y Cristiano Piccini, ya que Coquelin entra en la convocatoria a pesar de que se esperaba que su lesión le mantuviera más tiempo inactivo.

No obstante, no parece que el centrocampista francés vaya a jugar de inicio para dar descanso como titulares a Dani Parejo o a Geoffrey Kondogbia. En cambio, teóricamente sí que podría dárselo a Rodrigo, aunque es muy probable que el atacante esté en el equipo inicial en La Cerámica, ya que es uno de los mejores futbolistas del Valencia.

Además de los tres puntos, en el encuentro de rivalidad autonómica de esta tarde también estará en juego la diferencia particular de goles que, tras el 2-1 de la primera vuelta en Mestalla favorece al Valencia, y la general, que es ventajosa para el Villarreal por 12 dianas de renta.