El técnico del Girona, Pablo Machín, dijo ayer que la llegada de Javi Calleja al banquillo del Villarreal puede dificultar a su equipo, pues espera a «un Villarreal con las energías y la moral renovadas», ya que «ahora los jugadores están en el punto de mira y quieren demostrar su calidad».

Además, el entrenador soriano destacó del Submarino que «es un equipo alegre y bastante ofensivo». «Sus laterales son parecidos a los nuestros, más carrileros que laterales, y acumulan mucha gente en el centro del campo», puntualizó. En todo caso, según Machín, la línea más peligrosa del equipo amarillo es el ataque: «Juegue quien juegue, todos los delanteros tienen una calidad contrastada y mucho gol».

LLEVAR LA INICIATIVA // Pero, pese al potencial del Submarino, el entrenador albirrojo está convencido de las posibilidades de su equipo de conseguir un buen resultado este domingo. «Vamos a tener que trabajar mucho para poder sumar los tres puntos, pero tenemos nuestras armas y vamos a intentar llevar la iniciativa». «Habrá que ser efectivos en las ocasiones que vamos a tener, de eso dependerán nuestras opciones de ganar», matizó el técnico.

Por último, el soriano restó importancia a la situación del equipo, que se ha acercado a la zona peligrosa. Machín considera que el lugar del Girona es «estar peleando cerca de la línea roja que marca el descenso», por lo que deben acostumbrarse «a vivir en esta zona y estar tranquilos».