Todo sigue igual. La emoción por el título de Liga se mantendrá hasta la última jornada, independientemente del resultado del próximo miércoles en Vigo. Barça y Madrid afrontarán la última jornada con opciones después de despachar con victoria la 37ª fecha del campeonato. Aunque el equipo de Luis Enrique figura en lo más alto de la clasificación, es el de Zidane el que cuenta con más posibilidades de acabar campeón. Si gana el miércoles al Celta, aterrizará el domingo en Málaga (20.00, en horario unificado con su máximo rival) dispuesto a coronarse tras años de sequía. Dependiendo del resultado en Vigo, el Barça saltará al Camp Nou para enfrentarse al Eibar pendiente del fallo de los blancos.

Ayer, a medida que iban cayendo los goles (cuatro) en Canarias, el Barça estaba recibiendo las noticias de las dianas blancas que también caían (cuatro) en el Bernabéu. Una jornada menos y todo continúa igual. Víctima de sus errores, sobre todo en los campos más débiles, el campeón lleva ya varias semanas sin depender de sí mismo. Pero, al menos, hizo su trabajo llevando al Madrid hasta el último suspiro, obligándole a no cometer errores si quiere arrebatarle la corona. «Teníamos que ganar para obligarles a ganar al Celta y al Málaga. Debemos esperar a ver si fallan en las dos últimas jornadas», confesó Luis Suárez. «Al rival le quedan dos partidos en dos campos donde nosotros hemos perdido», subrayó Luis Enrique.

«Me gustó el equipo, hicimos un partido muy inteligente», proclamó luego el técnico azulgrana, convencido de que «el rival», como le llamaba él, lo puede pasar mal en ambos escenarios. En ningún momento, Luis Enrique citó al Madrid. Habló, en todo momento, del «rival», seguro de que puede tropezar en alguno de esos dos últimos choques. «Si perdimos nosotros, allí puede perder cualquiera», reconoció Luis Enrique acordándose de aquellas caídas en Balaídos (4-3) y La Rosaleda (2-0). «En Vigo, además, hemos perdido varias veces», precisó el entrenador, apelando, tal vez, a su antiguo equipo, el Celta, para que le eche una mano en su despedida del Barcelona.

DESPEDIDAS // Además de los tres puntos que dejan al Madrid con la posibilidad de conseguir la Liga, la tarde dio para mucho en el Bernabéu. No se pudo ver a Pepe, que seguía sin recuperarse de sus problemas en las costillas, pero el que sí dijo adiós fue James Rodríguez, que al ser sustituido por Casemiro escenificó su marcha. Lo negaba Zidane tras el encuentro. «Lo de James no es una despedida. Está aquí y nosotros solo pensamos en lo que nos queda, no en eso», decía el francés. «Sabemos que nos falta aún mucho. Aunque cada día queda menos, queda lo más complicado y hasta el último minuto no vamos a pensar en negativo. Somos positivos, no sabemos lo que va a pasar, pero sí que lo vamos a dar todo hasta el final», dijo el míster.