El Madrid no entiende de pronósticos y levantó el título de campeón de la Copa, cuando nadie lo daba entre los favoritos al aterrizar en A Coruña. Aunque encontró una oposición más que admirable por parte del Gran Canaria (81-85) su triunfo no admite discusión. El equipo de Pablo Laso, que se ha mostrado vulnerable en buena parte de la temporada, mantiene el perfil de campeón y encadena su tercer título consecutivo en el torneo, lo que nadie había conseguido hasta ahora, para ampliar la brecha con el Barcelona (26 títulos de los blancos, por 23 de los azulgranas). Su hegemonía en España empieza a marcar época: siete de los últimos 10 títulos de la ACB.

El idilio con A Coruña se prolongó para el Madrid, que conquistó su cuarto título en otras tantas ediciones (1972, 1989, 1993, 2016). Pero más allá de las buenas sensaciones que lo acompañan en la ciudad gallega, el equipo de Laso demostró ser el más consistente de todos los participantes, impulsado por el talento de un núcleo de jugadores como Llull, Sergio Rodríguez y Reyes, en el que falta el lesionado Rudy (muy cerca de reaparecer tras su lesión de espalda) y a los que se ha unido Gustavo Ayón, que recibió el título de MVP. Con 15 puntos, 6 rebotes y 21 de valoración, y su espléndido trabajo defensivo, el pívot mexicano demostró su perfil dominante, lo que hace aún más sangrante que el Barça lo dejara escapar, cuando tenía sus derechos para Europa.

En un duelo muy igualado (38-40 al descanso), el Real Madrid se trabajó una interesante renta (70-82, m. 38) que evitó que la reacción final de los canarios, con dos triples de Rabaseda y otro de Oliver, pusiera en peligro su conquista en tierras gallegas. H