Cristiano Ronaldo ejerció de líder para responder a los silbidos de su afición con cuatro goles de un plumazo en 26 minutos, castigar el atrevimiento del Celta y conducir una goleada del Real Madrid (7-1) con la que el equipo blanco recuperó ayer la autoestima antes del regreso de la Liga de Campeones.

Una tarde que pudo torcerse en el primer tiempo pero que acabó convirtiéndose en el mejor impulso posible para los blancos antes de la visita del Roma y el regreso de la única competición que puede conquistar para salvar el año con la Liga ya imposible.

La evolución del Celta con Berizzo le invitó a ser protagonista en el Bernabéu, adueñándose del duelo por instantes en la primera mitad aunque el espejismo de superioridad, acompañado por el silencio y el castigo con silbidos a errores puntuales, acabó dando paso al éxtasis madridista.

Zidane planteó un centro del campo inédito, sin Kroos ni Modric, y el equipo comenzó con un juego estático, en el que solo los impulsos de voluntad de los canteranos Lucas Vázquez y Mayoral le despertaron del letargo.

Superioridad viguesa // El Celta arrancó mejor, con Hernández dominando la medular y con la madera evitando el gol celeste en un testarazo de Aspas ante el que nunca habría llegado Navas, que respondió en el rechace con una gran parada en el mano a mano que evidenciaba la superioridad viguesa hasta que Hernández se lesionó y el Celta se desdibujó.

El bajón del equipo gallego fue claro y a balón parado el Real Madrid comenzó a crear peligro en los últimos compases del primer acto hasta que fruto de dicha presión llegó el gol de Pepe en un cabezazo a saque de esquina.

EL PÓKER DE ‘CR7’ // Arrancó la segunda parte y con ella el aluvión de fútbol blanco para provocar la cara más desconocida del Celta, superado en todas las facetas del juego. Se escucharon silbidos a Cristiano y la respuesta fue contundente. Con una espectacular folha seca marcó el segundo. El tercero, con una falta a una escuadra para sentenciar el partido y cerró su póker de cabeza.

La fiesta goleadora, interrumpida por el gol de Aspas, la cerraron Jesé y un reaparecido Bale. H