Contó Zinedine Zidane en la previa al partido de consolación de la Audi Cup ante el Fenarbahçe turco (5-3) que adivina todo un equipazo en el fondo del armario de esta plantilla, aún envejecida, del Real Madrid. Lo contó, se supone, para contentar a la tropa, a su vieja guardia, pues el conjunto del Santiago Bernabéu salvó ayer los muebles, con lo justo, ante el pobre conjunto otomano, que había sido maltratado por el Bayern de Múnich encajando un set el día anterior.

El Real Madrid ganó, sí, pero no se le ve, aún, nada de nada. Y suerte tiene, a menudo, de Keylor Navas, que volvió a salvar la goleada en el primer cuarto de hora, y de Karim Benzema, que se resiste a seguir siendo cuestionado y volvió a demostrar que, junto al portero que no quiere Zizou, sigue siendo, de largo, el mejor jugador blando. El atacante francés metió tres goles ayer.

EL MAL MENOR / Por cierto, al belga Eden Hazard aún se le espera. Queda mucha pretemporada, sí, Y la Liga. Y toda la Champions, también. El rival, a priori, era propicio para levantar la moral de un grupo que, por ahora, no ha tenido muy buenas noticias. Entre lesiones, derrotas y humillaciones como la del Atlético de Madrid, el cuadro blanco no hacía más que sumar disgustos.

El Fenerbahçe, que perdió 6-1 frente al Bayern, tenía que mostrar otra cara. Con miles de turcos en el Allianz Arena, la mala imagen frente al equipo alemán debía ser borrada. Por eso, salió al partido con otra actitud y eso lo acusó el Real Madrid.

PEQUEÑA REVOLUCIÓN / Zidane hizo una pequeña revolución en su once inicial. Sentó en el banquillo a Modric, Carvajal, Lucas Vázquez, Rodrygo y Sergio Ramos. Al césped saltaron Odriozola, Vinícius Junior, Fede Valverde, Isco Alarcón y Nacho Fernández.

Los cambios, en un principio, no surtieron efecto. De nuevo, el Madrid salió dormido al partido y el Fenerbahçe, durante los primeros diez minutos, mostró algunas de sus carencias.

Sobre todo en defensa, donde los de Zidane no encuentran consistencia. El técnico francés tendrá que hacer muchos reajustes si no quiere sufrir sustos a lo largo del curso: de momento, el equipo lleva un promedio de tres goles encajados por partido.

Da la sensación que aún queda todo agosto (aunque la temporada oficial empieza en 15 días) para retocar la mala imagen blanca. El problema sigue siendo que siempre se piensa en la delantera o el centro del campo a la hora de grandes fichajes y el Madrid sigue haciendo aguas en defensa.

BALE, SIN CHINA / A su vez, el galés Bale, que no viajó a Alemania pendiente de su futuro, no será traspasado a la Superliga china este verano —era una opción—, una vez se cerró ayer el mercado de fichajes en el país asiático.