Después de haber sido superior en muchos tramos del partido, cuando parecía que los mejores minutos del Betis se extinguían sin premio, el Madrid redondeó su mal encuentro con una pérdida impropia que terminó en un gol de Tello para dar un triunfo al conjunto verdiblanco y, de paso, otra vida a Rubi. Después de ganar el clásico y de asaltar un liderato que tenía que defender, el conjunto de Zidane salió mustio, apático, parsimonioso, con las piernas entumecidas y la cabeza fatigada, con la resaca de un gran esfuerzo como el día después de un deportista esporádico que se estrena en el gimnasio la primera semana de enero. Con una victoria en los últimos diez compromisos ligueros, el Betis parecía oler la sangre, presionó con diligencia e intensidad y complicó la vida a los de Zidane en el primer tiempo hasta convertir en intrascendentes los ataques blancos. Con los griposos Isco y Carvajal fuera de la convocatoria y con Valverde en el banquillo, el francés alineó a un Militao que será titular en Manchester, con Ramos sancionado, pero que no fue un cerrojo. La trascendencia de Benzema, Kroos o Modric en el juego fue testimonial, sin presencia física y sin capacidad para mantener posesiones largas.

Entre el tedioso discurrir de los acontecimientos, el Betis se animó. Estaba mereciendo el gol y apareció también con peligro Joaquín, pero fue el central Sidnei quien enganchó un disparo violento a la escuadra de Courtois para colocar el 1-0 tras una pérdida en la salida de Ramos.

PRISAS / Al Madrid le entraron las prisas y encontró la connivencia de la defensa del Betis corriendo hacia su portería para defender una contra en un desajuste innecesario que terminó en un penalti de Sidnei por despejar la pierna de Marcelo. Empató Benzema.

Tras el descanso volvió reforzado el Betis. Joaquín tuvo el 2-1, solo ante la portería tras regatear a Courtois, pero Modric salvó el tiro impreciso. Mendy replicó con un chut al larguero y Tello sí acertó tras fallar Ramos.