El Madrid es como un hidalgo en la España del Siglo de Oro, orgulloso de sus recuerdos de grandeza, pero al que le queda poco más que el vetusto atractivo del nombre ganado con glorias pasadas. Ya no tiene el poder adquisitivo que le permitía vivir por encima del resto, ahora tiene que buscar el talento incipiente y apostar fuerte para aspirar a sobrevivir entre los mejores.

En ese intento, y con todos los honores, el Madrid ha presentado este lunes a Brahim Díaz, el joven talento que no encontraba demasiados minutos en el Manchester City de Guardiola y que ahora llega a un Madrid con la mortaja preparada, sin más buenas noticias que la irrupción de su casi coetáneo Vinicius (un año más joven). Sin más fichajes a la vista, al madridismo no le queda otra que agarrarse a la incipiente clarividencia y capacidad de dos adolescentes.

El sueño cumplido

Después del habitual repaso de los éxitos recientes, Florentino Pérez sigue asumiendo en sus discursos la nueva posición del Madrid en el concierto internacional del fútbol. Brahim ha elegido estar aquí, es un talento de presente y futuro, dijo el presidente, en su segunda referencia al presente, a los problemas que esta temporada marcan el camino del Madrid.

El jugador, visiblemente emocionado, titubeó al sacar el papel con la chuleta, donde intentó expresar, con un requiebro poco exitoso, los recurrentes mensajes de cada nuevo jugador blanco: Cuando decidí salir de Manchester solo contemplaba tres opciones: jugar en el Madrid, jugar en el Madrid y jugar el Madrid. Era mi sueño, dijo.

Técnica y verticalidad

Malagueño de 19 años, destacó en la cantera malaguista por su técnica, su regate y su conducción, hasta que lo reclutó la academia del Manchester City con 14 años. Allí ha seguido creciendo, también físicamente, hasta que ahora, a seis meses del final de su contrato con los ingleses, ha forzado su salida con destino al Madrid, con el que firma hasta 2025.

Internacional con las categorías inferiores de la selección española, tiene un físico liviano y un juego más cercano a Isco (relegado a la suplencia constante con Solari) que a Bale. Con su llegada, el Madrid sigue configurando su proyecto de futuro, con Vinicius y Brahim a la vanguardia. Mientras, el equipo vaga por La Liga luchando por el cuarto puesto de La Liga. Zurdo natural, maneja la pierna derecha también con suficiencia, llevará el número 21 y, con las bajas de Asensio, Bale y Mariano, su debut con el Madrid se antoja cercano y trascendental.