El Real Madrid ganó por 0-1 al Sevilla con un gol de Benzema y, en un choque en el que se empleó con mucha más intensidad y fue superior a su rival, se impuso con autoridad en el Sánchez Pizjuán, con lo que cierra la herida que parecía que se le había abierto tras perder en París.

El choque comenzó eléctrico, con ritmo por parte de dos equipos que, a priori, salieron con gran peso atacante. El Real Madrid, más intenso, implicado y metido en el partido que en sus últimos compromisos, lo que le demandó abiertamente su técnico. Parece que el grito de advertencia del francés surtió efecto.

El Sevilla, algo dormido, receloso para no dejar huecos atrás y al que le costó emplearse con más fogosidad que otras veces por la presión alta madridista, replicaron un minuto después y también de cabeza, pero el remate de De Jong lo desvió la zaga.

Por su parte, los pupilos de Zidane estuvieron a punto de adelantarse en dos buenas ocasiones, un tiro del belga Eden Hazard en el 34 tras robar el balón Benzema a Fernando y otro, desde la derecha, de Carvajal, pero el meta Vaclík salvó a los suyos y se llegó al descanso con 0-0 y mejores sensaciones en los merengues.

En la reanudación, el Madrid siguió generando peligro, como en acciones de Benzema, cortada por Reguilón, y James, que no pudo cabecear de milagro un centro pasado de Bale. Con todo, y como el equipo perdonaba en el área, el Sevilla se rehizo, presionó con más criterio y neutralizó mejor las salidas del rival.

Aun así, ni llegaba arriba con claridad, ni frenaba el ímpetu madridista ni fabricaba ocasiones, lo que facilitaba mucho las cosas a los merengues, que, en su cuarta oportunidad de peligro, recogió el premio a su insistencia, sus ganas y su mejor juego a los 64 minutos, al cabecear Benzema, de forma inapelable, un centro certero de Carvajal tras internarse en el área.

Tras el mazazo, y ya con Óliver Torres en el campo por el ‘Mudo’ Vázquez y después con el mexicano Chicharito Hernández, con pasado madridista, al sustituir a Jordán, el Sevilla lo intentó, pero continuó con las ideas nubladas en ataque y, salvo en un cabezazo fuera de De Jong a centro de Ocampos, apenas asustó al Real Madrid. El Madrid es colíder junto al Athletic de Bilbao.