El Real Madrid revalidó su condición de campeón del Mundial de Clubs, al vencer en la final de esta edición, disputada en Abu Dabi, al Gremio (1-0). Los blancos fueron de nuevo netamente superiores a su adversario y sin tener tantas ocasiones como frente al Al Jazira, volvieron a exhibir una falta de puntería alarmante para haber resuelto su encuentro ante los brasileños con mayor holgura y menos incertidumbre. De todas formas, el Gremio lo fió todo a defender el 0-0 y pese a que tuvieron cerca de 40 minutos para reaccionar al golazo de falta de Cristiano Ronaldo, no inquietó apenas a Keylor Navas.

El Real Madrid eleva a cinco los títulos del 2017. Solo dejaron escapar la Copa del Rey (fue para el Barcelona), con lo que se quedan a un paso del sextete conseguido por los azulgrana. Los blancos cumplieron con la lógica en esta edición celebrada en los Emiratos Árabes, aunque con menos autoridad de la prevista. De todas formas, es una buena forma de rearmarse cara a la Liga (el próximo sábado afrontan el clásico en el Bernabéu, al que pueden llegar con 11 puntos de desventaja respecto al Barcelona, eso sí, con un encuentro pendiente) y, más a medio plazo, para mostrar un mayor nivel, que necesitarán para eliminar al PSG en su eliminatoria de octavos en Champions.

UNA SOLA DIRECCIÓN // Escarmentado por lo sucedido el miércoles contra el Al Jazira, el Madrid se aplicó mucho más en defensa. También es cierto que su rival propuso menos ofensivamente que los anfitriones. Con un Gremio atrincherado, era cuestión, por tanto, de puntería, aunque a los de Zidane les faltó más clarividencia en los metros finales, sobre todo en el primer tiempo, que acabó como arrancó.

El Madrid fue más vertical e incisivo a la vuelta del vestuario. Cristiano Ronaldo, de falta que le habían hecho a él mismo, abrió la lata a los ocho minutos de haber regresado del vestuario. Ni siquiera la desventaja en el marcador permitió ver a un Gremio más atrevido, pero el 1-0 no era un resultado para fiarse. Modric estrelló un balón en el poste, pero no hizo falta un segundo tanto, pues los brasileños ya habían sacado la bandera blanca.