No es que sean parecidos, es que Zinedine Zidane y Ernesto Valverde son iguales a la hora de pensar, reflexionar e intuir el clásico que van a ver. Lean: estamos listos, llega en buen momento, solo son tres puntos, será un grandioso partido y nada estará decidido sea cual sea el resultado de este Madrid-Barça. ¡Ah! y, por supuesto, Cristiano jugará. A tope. Nadie se espera lo contrario.

Zidane, no lo dice, pero sabe que se la juega. Lleva demasiado tiempo diciendo que queda tiempo, pero hoy se le puede agotar. Y lo sabe. Salir a 14 puntos del Barça del Bernabéu, aunque estemos en Navidad, sería un mundo con respecto a un equipo que sumaría 25 partidos invicto. «Es el partido más difícil de la temporada. Porque es un clásico. Bonito, muy bonito. En casa, ante nuestra gente, que nos apoyará desde el minuto 1 al 90 porque sabe que lo intentaremos. Estamos listos». Tan listo como lo está Valverde. «No hay otra manera de afrontar este partido que hacerlo como siempre hace el Barça: salir a ganar desde el minuto uno. Y pueden estar seguros que aprendimos de la Supercopa».

NI HABLAR DEL PASILLO // Ni qué decir tiene que ni Zizou ni el Txingurri se han detenido en el ruido generado por la ausencia de pasillo al ganador del Mundialito. El madridista «porque ni yo, ni el equipo, ni los madridistas estamos pensando en ello, no nos interesa en absoluto» y el vasco «porque, para mí, ese gesto ha perdido la fuerza que tenía antaño: el Real Madrid tiene nuestro reconocimiento por todo lo que ha hecho este año. Yo no le haría el pasillo a nadie y no me gustaría que me lo hiciesen a mí».

Los entrenadores quisieran ser los dominadores del balón y los dos coinciden, aunque no lo digan, que el encuentro puede arrancar con un arreón local. Y es ahí donde Valverde recuerda que «en la Supercopa nos pillaron despistados en los inicios, así que ahora habrá que estar muy, muy, atento a los primeros minutos». «Lo importante es que el encuentro llega en buen momento para nosotros —explica Zidane—, pero hay que reconocer que el Barça está muy fuerte».

Volviendo a fútbol, destacar la ausencia de los famosos tridentes. Neymar se marchó a París y Bale pasa más rato en la enfermería que sobre el césped. En ausencia de un tercer delantero de la misma o cercana categoría, Zidane y Valverde han optado por el cambio de sistema. El 4-4-2 ha enterrado el tridente. El tercer delantero ha derivado en el cuarto centrocampista del Barça, algo que habría sido considerado un sacrilegio no hace tanto tiempo. En el Madrid la tradición del tridente era mucho más reciente y no ha arraigado por las intermitencias físicas de Bale.