Los ultras del Legia vuelven a escena. Esta vez no lo harán dentro del Ejército Polaco, el campo del equipo de Varsovia que ha sido cerrado para recibir al Real Madrid (20.45 horas, beIN) por la UEFA, después de los incidentes ante el Borussia Dotmund (14 de septiembre), en los que los vándalos del Legia rociaron con gas pimienta a los miembros de seguridad del campo. Sin esos 31.000 espectadores, la fuerza de los seguidores radicales estará fuera del campo, donde habrá pantallas gigantes para ver el choque. Un partido que, para Zinedine Zidane, será un poco diferente, «aunque no veo ninguna ventaja y prefiero jugar con público aunque sea fuera», puntualizó.

Un fuerte dispositivo policial estará preparado para contener a los vándalos en los aledaños del campo y velará también por la seguridad de las 1.000 personas que estarán en las gradas. La UEFA estipula que el equipo visitante disponga de 200 entradas. Las delegaciones de ambos equipos estarán formadas por 75 personas como máximo, entre las que se incluyen los jugadores, cuerpo técnico y médicos. La UEFA también tiene un máximo de 75 representantes. El resto serán periodistas, policías y seguridad.

Para el Legia, que dejará de ingresar un millón de euros por jugar sin público, nada de esto es nuevo: es la cuarta vez que le cierran el estadio. En Madrid, los vándalos polacos dejaron su huella en tiendas y la zona cercana al Bernabéu: hubo 13 detenidos por desorden público y tres policías tuvieron que ser atendidos (además de otros tres policías).

Un partido diferente // Tampoco el Madrid se estrena en un partido sin público. La última vez fue en el 2004, ante el Roma, cuando la UEFA cerró el Olímpico por el monedazo al colegiado, al término de la primera parte del encuentro entre los italianos y el Dínamo de Kiev. En 1987, el desangelado escenario fue el Bernabéu, donde el Madrid se midió al Nápoles de Maradona tras una sanción a los Ultras Sur.

Los blancos buscarán una buena en su intento por liderar un grupo que ve al Dortmund en lo más alto con siete puntos, los mismos que el Madrid, después de tres encuentros disputados.

Zidane, que cumple 100 partidos con el Real Madrid, no quiere despistes. «Me queda todo por mejorar. Hay que seguir aprendiendo, pero lo importante es el partido», sostiene el técnico francés, pese al 5-1 que le endosó el Madrid a los polacos hacedos semanas, en el Bernabéu. H