Los más críticos con el nuevo entrenador del Villarreal podrán decir que el estreno de Javier Calleja dejó el lunar de no amarrar una primera victoria ante un rival con una plantilla y en una competición a años luz del Submarino y de la Liga española. No les faltará parte de razón. Pero los más positivistas antepondrán a ese argumento que el Villarreal que se vio en el Netanya Stadium el jueves no tuvo nada que ver con la imagen de indolencia de la segunda parte de la última cita liguera en Getafe, que recordó al triste inicio de temporada en el Ciutat de València y en Anoeta y que desembocó en el fulminante despido de Escribá.

El Villarreal no regresó con los tres puntos de Israel, pero sí aterrizó ayer con las bases claras de lo que pretende el nuevo proyecto del técnico madrileño, que demostró que se puede ser valiente y ambicioso en la élite en la misma proporción que Javier Calleja lo fue en su etapa de formación en el juvenil y, mucho más breve, en el filial groguet.

TRANSICIÓN VALIENTE / Desde el primer minuto, la impronta de Javier Calleja se ha dejado notar en el Submarino. Ya no solo en lo que respecta a la imagen o a criterios más subjetivos como puedan ser la intensidad o la implicación colectiva del grupo en un trabajo solidario, sino también en aspectos más tangibles. Al nuevo míster no le asustó empezar la transición con un cambio de sistema hasta ahora inédito en el primer equipo —Escribá confió y murió apostándolo todo al 4-4-2, sin probar otras variantes para la reacción, quizá uno de sus debes—, una variación que tuvo su reflejo en una mayor posesión y una mejor colocación para recuperar el cuero en los pocos momentos en los que el Maccabi Tel Aviv se lo discutió al Villarreal.

La nueva vía que ha abierto Calleja puede servir de revulsivo para algunos jugadores que, hasta ahora, habían pagado el cierto encorsetamiento al que se habían visto abocados con Escribá. Por ejemplo, Roberto Soriano siempre ha defendido que la posición de mediapunta, más centrada, es la que consideraba como ideal, recordando sus tiempos en la Sampdoria. El italiano por fin ha podido abandonar una banda de la que siempre huía para buscar posiciones más centrales, con el consiguiente perjuicio defensivo. Otros futbolistas como Fornals, Sansone o, incluso, Trigueros pueden beneficiarse de los nuevos planteamientos tácticos de Calleja, que ya ha avisado de que la idea de juego podrá cambiar teniendo en cuenta las características del rival.

FE EN LA CANTERA / La valentía de Calleja para comenzar su gran reto en el Villarreal ha ido más allá de la pizarra y quiere adentrarse en los protagonistas que le han permitido dar el salto a la élite de los banquillos. Su conocimiento exhaustivo de la materia prima que existe en la Ciudad Deportiva será otro punto que pondrá el juego el nuevo entrenador del Submarino, que al grupo de los 22 jugadores que conforman en estos momentos el primer equipo sumará los potenciales fichajes de un filial en el que estima que hay futbolistas capacitados para subir un peldaño más.

La presencia de Ramiro Guerra en Israel —disputó la totalidad de los 90 minutos— no es un farol ni un golpe de efecto de Javier Calleja, para quien la confianza en la cantera es más una obligación de utilizar todas las posibilidades que le ofrece el club que un recurso de cara a la galería. Tras el centrocampista hispano-uruguayo pueden venir más.

De momento, Calleja ya ha dejado algunas pinceladas de su filosofía. Mañana (18.30), ante el Eibar, dará un paso más, ya con Quique Álvarez a su lado en el banquillo para relanzar a un Submarino que no quiere dar más ventaja a sus rivales por las plazas europeas de la Liga.