De nuevo en las semifinales. De nuevo, en el camino de las medallas. España sufrió lo indecible pero superó el examen de los cuartos frente a Alemania (72-84) con una actuación espectacular de Marc Gasol (28 puntos, 10 rebotes) y confirmó, una vez más, su tremenda fiabilidad. Es su décima semifinal consecutiva en un Europeo.

Marc Gasol irrumpió en el partido cuando el panorama pintaba mal para la selección. El pulso parecía trabado para España. No había fluidez. Pero el pivot de los Grizzlies apareció con una de esas actuaciones que han agrandado su leyenda en la NBA. Y curiosamente lo hizo con su hermano Pau en el banquillo.

Puede ser casualidad. Una cuestión de respeto o de rango. Pero sin la sombra de Pau, cuyo peso es enorme cuando está en cancha, Marc dio un paso adelante y asumió toda la responsabilidad. Y de qué forma. El pívot catalán rompió el encuentro con 18 puntos en el tercer cuarto, 14 de ellos en el parcial de 5-20 que sacó del carril a Alemania.

Anotó los tres triples que lanzó Marc sin fallo y, además, sumó una acción de dos más uno, mientras el cuadro alemán no sabía como parar el alud. Eso unido a dos triples de Sastre y Chacho Rodríguez llevó el marcador de un equilibrado empate a 50 a un 53-65 al final del tercer cuarto, que dejó el camino totalmente despejado para el triunfo.

Mal inicio / La selección no entró en el partido con la tensión necesaria en un pulso de tanta trascendencia. Faltó concentración y también intensidad en defensa para dar ayudas y cerrar el rebote con claridad. Y Alemania, lanzada por un talentoso Schröder, situó un sorprendente 11-2 en cinco minutos. España tuvo problemas incluso con los tiros libres.

En medio de las miradas de desconcierto de unos y otros, apareció el de siempre al rescate: Pau Gasol. Suyos fueron 7 de los 9 primeros puntos, para enganchar de nuevo al equipo al partido, consciente de que debía imponer su rango para arrastra a los demás (13-9). El pívot de los Spurs le dio otro aire al juego.

Pero el cambio fundamental llegó con una mejor actitud en defensa. La entrada de Sastre, de Juancho Hernangómez y de Oriola (que se cargó demasiado rápido de faltas) resolvió parte de las vías de agua de España.

La dirección de Sergio Rodríguez también elevó la fluidez en ataque y enganchados a los puntos de los hermanos Gasol, la selección consiguió cambiar la dinámica y tomar el control del encuentro mediado el segundo cuarto (27-32), después de dejar más de cuatro minutos a Alemania sin anotar.

Pero nadie más tomó el relevo ofensivo a los dos hermanos, aunque España se marchó al descanso uno arriba (33-34). Pero Schröder demostró en la reanudación con dos triples consecutivos que Alemania no estaba dispuesta a dar ninguna facilidad.

Apostó Scariolo por Juancho y Willy Hernangómez, junto a Sastre para dar intensidad, dejó la dirección a Rodríguez y dio los galones a Marc. Y ese quinteto atípico, capaz de defender y abrir mucho más el campo, se encargó de dinamitar el desenlace de los cuartos a golpe de canasta del pívot de los Grizzlies.