Marc Márquez, con 26 años, lleva los siguientes números: 124 carreras en MotoGP, 62 poles, 55 vueltas rápidas, 54 victorias (en total suma ya 80, a 10 de Ángel Nieto), 92 podios (en total, 131) y seis de siete títulos en juego (en total 8).

El ilerdense volvió a hacer magia en el Gran Premio de Japón, en Motegi, ante 88.597 apasionados japoneses, logrando algo que muy poquitos pueden conseguir en un mismo fin de semana: pole, victoria, vuelta rápida y liderar de la primera a la última vuelta, de la 1ª a la 24ª.

Es el mejor Marc Márquez de la historia, incapaz de cortar gas ni siquiera cuando se queda sin gasolina. Ni siquiera en el gran premio posterior a proclamarse octocampeón, entre otras razones porque quería ganar para regalarle un nuevo título de constructores a Honda, como así lo hizo, provocando la locura en los jefes encorbatados que había en el circuito y porque no quiere mostrar ni un solo síntoma de debilidad ante sus rivales de siempre (ahí está Jorge Lorenzo, a más de 40 segundos; y Valentino Rossi, cayéndose al perseguirle). Y, por supuesto, tampoco ante la next generation, liderada por el joven francés Fabio Quartararo (Yamaha), que fue segundo.