Amparo Marco entierra la guadaña. Al menos esa es la disposición inicial de la alcaldesa de Castellón, tras el nuevo episodio de la polémica entre el Castellón y el Ayuntamiento, justo después de las incendiarias declaraciones del pasado martes del presidente albinegro, Vicente Montesinos.

El dirigente aseguró que el consistorio estaba «ninguneando tanto al CD Castellón como a la afición». Además, Montesinos mostró su pesar por una situación reconociendo que «la comunicación es nula, no hablan con nosotros». Pero estas no ha sido las únicas declaraciones agresivas efectuadas por el presidente orellut: y es que el contexto se recrudeció tras la inundación de diferentes zonas del Estadio Castalia después de unas fuertes precipitaciones el pasado jueves 16 de agosto, justo al día siguiente de celebrarse el encuentro de presentación ante el Teruel.

Beneficio político del caso // La máxima edila de la capital de la Plana quitó hierro al actual conflicto entre el Ayuntamiento y el CD Castellón. Lo hizo ayer en una comparecencia pública enmarcada en la presentación del plan antiinundación de la propia ciudad. Marco opta por adoptar una política de apaciguamiento en aras de reconducir la situación y, por ende, mejorar la maltrecha relación entre ambas partes.

La alcaldesa de Castellón incidió en que el convenio para la cesión de Castalia y las obras para la reforma del estadio municipal «se han utilizado para beneficio político de algunos partidos». Además, la edila lamentó un linchamiento continuado sobre su persona en las últimas semanas, en especial a través de las redes sociales. «Se puede discrepar en las diferentes opciones, en las apreciaciones, en las opiniones... Lo que no se puede hacer es insultar, sea político o no, insultar y ofender», recriminó Marco.

‘Apagón digital’ // Precisamente, fruto de estos insultos Marco ha decidido «cerrar la cuenta de Twitter». «Cuando una persona se dedica a la política deja de lado su vida personal y profesional para hacer un servicio público, y eso es de valorar», recordó la máxima edila. «Cuando uno se dedica a la política deja al margen muchas cosas en beneficio común», reconoció Marco.

La alcaldesa reflejó claramente su malestar y destacó que se puede «discutir, debatir o estar de acuerdo o no. Sea quien sea. A mí no verán nunca insultar a nadie, yo nunca defiendo un insulto. Se puede uno equivocar o no en un criterio, pero el insulto y la ofensa nunca. No entra en mi cargo ni tampoco en mi sueldo».

Sin entrar en polémicas // La alcaldesa, por eso, descartó «entrar en un rifirrafe con el Castellón», además de asegurar que se «está trabajando en Castalia» e indicar que «las goteras que sufre el feudo de la avenida Benicàssim forman parte del estudio de las obras de reforma del propio estadio», sin detallar nada más.