En la sala de prensa Julián Company del circuito de Cheste, hay varias frases escritas en las paredes. La primera que ven los pilotos cuando se sientan en el estrado es de Ángel Nieto: “La velocidad es buena, para aprender que hay que ir despacio”. ¿En serio?, ni el ‘12+1’ se podía creer semejante afirmación.

Y mucho menos los tres ‘pájaros’ que se sentaron ayer ante decenas de periodistas: Marc Márquez, Fabio Quartararo y Jack Miller. Todos, no solo ellos, están aquí, en uno de los circuitos más calientes del Mundial, un trazado casi de juguete, un teatro de los sueños, para ofrecer un espectáculo que, a una media de 160 kilómetros por hora y una velocidad punta de 324 kms/h., haga las delicias de 95.000 aficionados.

Entre Zarco y Àlex Márquez

Márquez, Quartararo y Miller (más Viñales, fijo) se jugarán hoy (14.00 horas, DAZN) la victoria en la carrera que cierra el año y abre la fiesta de despedida en el Palacio de Congresos. Pero, antes, Márquez, el nuevo ‘puto amo’ del Mundial aunque trate de disimularlo, deberá responder a todas las preguntas que afectan, no al rumor, no, sino a la mayor noticia que ha saltado en pleno GP: Honda, el equipo campeón, la máquina más poderosa de ganar, se debate entre contratar al francés Johann Zarco (29 años, bicampeón de Moto2) o al ‘hermanísimo’ Àlex Márquez (también bicampeón de Moto3 y Moto2, de solo 23 años). Como reconoce el propio octocampeón “el equipo deberá escoger entre la opción veterana o apostar por un joven con proyección, también bicampeón”. Dicen que Alberto Puig, director deportivo de Honda, lo tiene claro; dicen que los japoneses dudan. Si dudan, que lean las declaraciones de Marc Márquez.

Porque a Marc, antes de la carrera, se le insistió sobre el sueño familiar de ver a los dos hermanos juntos en el mejor equipo del mundo. Y él aún le dio una vuelta más a su reflexión de ayer, ya suficientemente clara. “No está en mis manos, ni pienso presionar, pero estoy muy orgulloso de que mi hermano esté entre los dos o tres pilotos que Honda analiza para decidir el sustituto de Jorge (Lorenzo). Una cosa diré: lo adoro, lo quiero mucho, pero si Àlex se convierte en mi compañero de boxe, inmediatamente pasará a ser mi primer rival, porque, en las carreras, todo el mundo te mide con tu colega de boxe. Su presencia no cambiará mi mentalidad, mi motivación, ni mucho menos mi manera de correr. Quiero lo mejor para él, pero si viene a nuestro boxe, se convertirá en mi primer adversario”.

Gran premio movidito

Es evidente, claro, cristalino, transparente, que Marc quiere a su hermano a su lado, para enseñarle, sí; para ayudarle, también; para batirle (como hace con los demás); para forjarlo en la derrota antes de que venza, porque vencerá. “Cuando veníamos con el coche hacia Valencia, veníamos pensando que celebraríamos nuestros títulos en la fiesta de despedida y ahora él está metido en este lío, pero lo está porque ha hecho maravillosamente su trabajo, se ha coronado campeón de Moto2 y Honda lo tiene en cuenta. Lo que nos llena de orgullo a todos. Otra cosa es que lo fichen. Ahí no me meto, ni forzaré nada”.

Blanco y en botella, aunque los japoneses ni lean ni escuchen nada.