Gran Premio de San Marino. Misano. El ‘jardín’ de Valentino Rossi. El Mundial visita este fin de semana la casa del icono del campeonato, del hombre que, el pasado año, perdió la posibilidad de conquistar su décimo título mundial al enzarzarse en una pelea absurda con Marc Márquez y Jorge Lorenzo, a quienes acusó sin pruebas, sin motivo y apoyado por los medios italianos, de haber pactado (el conocido ‘biscotto’) para evitar que el ‘Doctor’ fuese campeón.

EL SALUDO DE ROSSI

La situación fue tan tensa que, en su primera visita este año a Italia, en mayo pasado, a Mugello, la organización del Gran Premio de Italia colocó algunos guardaespaldas alrededor de Márquez y el box del equipo Repsol-Honda. Márquez, que en Barcelona-2016 estrechó, por fin, la mano que le ofreció Rossi, cree que su relación con el campeonísimo italiano ha mejorado y, sin llegar a los niveles de complicidad de sus primeros años en MotoGP, es lo suficientemente correcta y fluida como para que no se produzcan incidentes este fin de semana en la prueba de la ribera de Rimini.

“Siempre habrá quien pite, siempre habrá quien haga ruido, pero creo que la situación, el ambiente, ha mejorado mucho”, señala Márquez, que recuerda que Misano es la auténtica casa del ‘Doctor’. “Yo voy con la cabeza limpia, habiendo superado todo aquel ruido. He leído, sí, que ‘Vale’ ha comentado que todo aquello le afectó mucho a la hora de preparar esta temporada. Yo he de decir que lo ocurrido me puso las pilas, me motivo y me dio fuerzas para prepararme aún mejor y trabajar con el objetivo de recuperar el título. Y en ello estoy”. Y Márquez añade: “Lo importante es que con Valentino ahora hay una relación cordial, profesional entre nosotros dos, y eso es bueno para el motociclismo”.

LA BELLA PUGNA DE SILVERSTONE

Rossi, que, según su entorno, resulta incapaz de aparcar todo lo sucedido a finales de 2015, mezcló, en Silverstone (Inglaterra), el elogio con la ironía después de la espectacular pelea que mantuvo con Márquez por la tercera plaza a lo largo de dos vueltas. “Ha sido una bella lucha, muy excitante y dura. Al menos esta vez, los dos peleábamos por el mismo objetivo: ser los más rápidos, acabar uno por delante del otro. El año pasado, en Malasia, Marc lo único que quería era ralentizar mi ritmo, molestarme”.

Es cierto que el ambiente en el ‘paddock’ ha cambiado mucho y que, en las habituales conferencias de prensa de los jueves, en las que suelen coincidir los dos campeones, la relación es mucho más distendida. “Lo importante es que, en esas conferencias de prensa, ya no hay la tensión que había antes. Yo, desde luego, no pienso perder ni medio minuto en recordar el pasado, no”. Es evidente que el gesto protagonizado por Rossi en el ‘corralito’ del Gran Premio de Cataluña, 48 horas después de que falleciese el mallorquín Luis Salom, al ofrecerle la mano a Márquez fue y es altamente elogiado por todos. Era evidente que debía ser el ‘Doctor’ quien debía dar el primer paso. Y lo hizo.