Anda fino Ousmane. Anda tan fino que Valverde le ha hecho sitio en su esquema, convencido de que ese talento, aún salvaje (tiene 21 años), le dará mucho al Barça.

Para empezar, el técnico ha recuperado el 4-3-3 para que el joven se sienta trascendente. Llegó Malcom, un tipo rápido, vertical, de banda, y el Mosquito se sintió bajo sospecha. Valverde, en cambio, actuó con la naturalidad que exigía una apuesta de 145 millones de euros (el segundo fichaje más caro de la historia del club), desoyendo el run-run que sacudía los despachos. Y Ousmane se lo ha agradecido a lo grande.

Son algo más ya que esos discontinuos brotes verdes que exhibió a finales de la pasada temporada, sacudido por dos graves lesiones musculares que le tuvieron más tiempo en la enfermería que en el campo. Ousmane es la tercera pata de un nuevo tridente. Messi es el jefe. Y Luis Suárez es el amigo del jefe. No es fácil ganarse la confianza de ellos. Pero, poco a poco, y con zambombazos como el que soltó en Tánger que valió una Supercopa de España o el que originó el tanto de la victoria ante el Valladolid en el José Zorrilla, todo es más fácil.

Justo ayer hacía un año que era fichado. Y ahora el Mosquito se despereza y apunta a que va a protagonizar una gran temporada en el esquema de Valverde.