El pasado, fue un verano movido en tierras parisinas. El club de Nasser Al-Khelaifi sacudió el mercado de fichajes con la incorporación de Neymar y Killian Mbapé. Se olvidó del fair play financiero de la UEFA e incorporó a dos de los jugadores más en forma del momento. Por el brasileño se gastó 222 millones, por Mbappé prometió 180. El primero pasó del Barcelona al PSG sin opción de retorno. El segundo, sin embargo, llegó cedido y cerró su contrato con una cláusula secreta un tanto extraña.

Según publica el tabloide inglés 'Daily Mail', en el contrato del delantero francés existía un apartado en el que se estipulaba que si el PSG descendía a la Ligue 2 en esta temporada de cesión, Mbappé volvería a ser jugador del Mónaco. Por eso, aunque vistiera la camiseta del club franco-qatarí y se luciera con ella, el futbolista todavía no podía ser considerado jugador del París Saint-Germain a todos los efectos. Ahora sí.

Después de asegurar matemáticamente la permanencia en la Ligue 1 con la victoria (5-2) frente al Estrasburgo, Mbappé ya es propiedad del club parisino y no deberá volver a Mónaco. Eso sí, Al-Khelaifi deberá desembolsar el próximo verano los 180 millones acordados por él.