El Real Madrid, que perdió por 3-0 la pasada temporada en Ipurua, pasó ayer como un torbellino. Los blancos ganaron por 0-4, en un choque que ya tenían más que sentenciado a la media hora (0-3), ofreciendo los mejores minutos en mucho tiempo.

Siete días atrás, la ineficacia cara a puerta, frente al Betis en el Santiago Bernabéu, le impidió aprovecharse plenamente del tropiezo del Barcelona en el Ciutat de València y apear a los culés del liderato. El miércoles, de la mano de Rodrygo (hat-trick y asistencia), el Madrid abusó del Galatasaray. Y ayer, sin la participación del joven talento brasileño, no dio opción alguna al Eibar, que, además, le facilitó las cosas al cometer dos penaltis, el 0-2 (transformado por Sergio Ramos) y el 0-3 (rubricado por Karim Benzema), que finiquitó el duelo.

Luego, el Madrid se limitó a dejarse llevar, sobre todo en la segunda parte, en la que los armeros tiraron de amor propio para minimizar el destrozo. Con todo, Thibaut Courtois continuó sumando minutos de imbatibilidad mientras asistía al 0-4, obra de otro de esos descubrimientos de la temporada (Fede Valverde). Después de que el cancerbero belga y la defensa blanca fuera criticada por su endeblez, ya son cinco los encuentros consecutivos, en todas las competiciones sin recibir un solo tanto, lo que en el Madrid no sucedía desde hace más de cuatro años. Y, encima, recuperando toda la pegada.

En definitiva, lluvia sobre Ipurua, donde el Eibar sufrió los efectos de un temporal llamado Real Madrid, desatado ahora que llega un nuevo parón liguero.