Visita de un ‘exgroguet’

El exdelantero amarillo Joseba Llorente departió en el hotel María Cristina, donde se alojó la expedición del Villarreal CF, con Santi Cazorla. El espigado punta mantiene un excelente estado de forma, fruto de su afición por las carreras de montaña que practica.

Los Cazorla, al completo

El Mago asturiano estuvo acompañado de su esposa y sus hijos en San Sebastián, quienes comparten la pasión por el fútbol de su padre. Como suele ser habitual, Santi copó la atención de los numerosos aficionados que se agolparon a las puertas del hotel para solicitar una foto o un autógrafo con sus ídolos. El Villarreal sigue despertando mucha expectación allá donde viaja, no en vano en sus filas hay un gran número de jugadores internacionales.

Vips amarillos

Entre los desplazados a San Sebastián se pudo ver a ilustres aficionados groguets como el empresario Rubén García y su socio Pepe Costa; el prestigioso chef vila-realense, afincado en Durango, Toni Carmona, José Santularia, José Luis Solsona e hija, así como alrededor de un centenar de seguidores del Submarino que aprovecharon el puente de Reyes para disfrutar del Villarreal y de la capital donostiarra.

Buenas relaciones con la Real

El Villarreal mantiene unas excelentes relaciones con el club donostiarra. Al frente de la expedición estuvo el presidente, Fernando Roig; el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles; el vicepresidente, José Manuel Llaneza, y los consejeros Pascual Ibáñez y Ramón Marco. En el palco también se dieron cita Marcos Senna, embajador del club groguet, y el responsable de la parcela deportiva, Pablo Ortells.

Coqueto Anoeta

El estadio de la Real Sociedad se ha convertido en uno de los recintos más bonitos de Primera División, tras la desaparición de la pista de atletismo que rodeaba al terreno de juego, y las reformas, todavía en marcha, en la estructura de Anoeta.

La promesa de Pau

El futbolista Pau Francisco Torres propuso en redes sociales un reto y la ganadora fue Rebeca Vilar, quien recibió una camiseta firmada de manos del central vila-realense antes de que este se desplazara a San Sebastián junto al resto de la expedición amarilla.