Si en el fútbol provincial hay diversos equipos con un peso detrás, por historia, afición y tradición, uno de ellos es precisamente el Vall de Uxó. La UDE compite desde la temporada 2002/2003, de forma ininterrumpida, en Preferente. Nada más y nada menos que 16 ejercicios en una categoría en la que se ha convertido en el decano, desde que en el año 2002 cerró una etapa prolongada durante ocho años en Tercera con un dramático descenso.

Desde ese momento, el conjunto vallero ha intentado clasificarse para la promoción de ascenso. Y es que la Regional Preferente se le queda pequeña a un club que suma 19 temporadas a caballo de Segunda B y Tercera División (tres en la categoría de bronce y 16 en Tercera) desde su fundación en 1975.

En los últimos tres lustros, la fiel y animosa afición del Vall de Uxó, que se congrega cada 15 días en el mítico José Mangriñán (antiguo Segarra para los nostálgicos), únicamente se ha podido llevar a la boca una sola promoción de ascenso. Escaso botín para una entidad de la grandeza de la UDE.

Una promoción en 16 años

Concretamente fue en el año 2015 cuando, bajo la batuta del técnico Paco Sáiz, el equipo se clasificó segundo en la tabla por detrás de un excelso Borriol. Sin embargo, el Recambios Colón le apeó en la primera ronda empatando en el José Mangriñán y venciendo en Sedaví. Precisamente, a aquel conjunto, en el que militaban jugadores como Mendieta, Carlos Martín, José Jiménez o Tolo, pretende superar la actual UDE 2017/2018.

El tándem técnico formado por Poldi Sorribes y Sergio Talamantes cogió al equipo en una posición delicada la pasada temporada, más cerca del descenso que no de la promoción. Finalmente, cerró la campaña en una digna séptima posición.

Este ejercicio, las únicas altas han sido las del portero Carles, procedente del Gilet; el lateral derecho Karim, que regresó del Castellón B; el central Héctor Peña, que llegó del Leiknir de Islandia; la vuelta de Joel Sánchez, desde el Acero; y el refuerzo del delantero centro Héctor Zaragoza, que el año pasado militaba en el Borriol. Además, a ellos se sumaron el central Maikel y el delantero Míchel (ambos promocionaron desde el juvenil A).

Con estos mimbres y la continuidad de la base del equipo del curso pasado, la UDE ha vuelto por sus fueros. Los valleros son segundos con 57 puntos, tres más que hace tres temporadas cuando disputaron la fallida promoción de ascenso, a dos del líder (Acero) y con ocho de ventaja respecto al cuarto clasificado.

Muralla defensiva

Si hay una clave del gran rendimiento del Vall de Uxó, esa es el buen trabajo en defensa. Y es que los de la Plana Baixa solo han encajado 17 goles en 26 jornadas. Sin ir más lejos, es el equipo más seguro del grupo I y el tercero, junto al Dénia, de toda la Preferente, únicamente superado por Atzeneta y Castellonense.

El meta David Martínez, segundo en la lucha por el zamora, tiene gran parte de culpa de la seguridad en defensa. Een sus 22 partidos disputados ha mantenido la portería a cero en 14, siete de ellos consecutivos. Sin embargo, el buen hacer de zagueros como Eloy, Peña o Maikel también ha sido crucial. Pero la UDE es algo más que la defensa. También es el oficio de Álvaro, la magia de Joel y también los goles de Zaragoza y Juanito (diez y ocho, respectivamente).

Karim, Josete, Kerim. Casino, Ximet, Morme, Mario Milán, David Pastor o Darío, entre otros, cumplen su papel y hacen del Vall de Uxó un equipo sobrio y fiable que se ha impuesto a casi todos los equipos de la zona alta de la tabla: Puzol (1-2 y 2-0), Onda (1-0 y 0-4) y San Pedro (2-0). Solo se le ha resistido el Acero (1-1) y el Rayo SAB (1-2).

Todo ello ha hecho que en el José Mangriñán tengan motivos para soñar con un ascenso a Tercera que no se ha repetido desde 1994, cuando el equipo se proclamó campeón y superó a Novelda y Silla en los play-off. Parece que en este 2018 la UDE puede reverdecer laureles.