Los octavos de final del Mundial de Rusia se abren hoy en Kazán con un duelo digno, como mínimo, de unas semifinales. Francia y Argentina, las vigentes subcampeonas de Europa y de América, aspiran a lograr el primer billete para cuartos tras un inicio de torneo nada convincente. Los bleus pasaron como primeros pero no emocionaron a nadie mientras la albiceleste superó todos los límites del sufrimiento para sellar una agónica segunda plaza. Ese gol de Rojo, el defensa convertido en ariete, contra Nigeria evitó la hecatombe de un país que se prepara para una nueva batalla.

Las miradas se centran, lógicamente, en dos hombres. El astro del Barça, el mejor jugador de la historia con la cuenta pendiente del Mundial, y la estrella que pudo ser su compañero, pero eligió otro camino. Leo Messi y Antoine Griezmann acaparan el protagonismo de dos combinados que saltarán al césped con un contexto similar. Es cierto que Francia ha vivido con algo más de calma, pero las críticas por el estilo conservador de Deschamps son ya recurrentes. Gana pero aburre. Y el técnico se tambalea por más que la federación le respalde cuando se le cuestiona por su futuro. La sombra de Zidane planea.

Si el preparador galo colecciona detractores no le va mejor a Sampaoli, que vivió las peores horas de su vida después de la goleada sufrida ante Croacia. Argentina se vio en la calle, pero una combinación de resultados coronada con el tanto de Rojo mantuvo con vida los sudamericanos. En esa semana de guerra no faltaron rumores de rebeliones internas, cambios de seleccionador y reyertas en el vestuario, cosas habituales en tiempos convulsos. También Messi recibió lo suyo. El gol ante Nigeria rebajó la tensión, pero la hinchada aguarda con el puñal a punto.

Duelo de astros // Con un tanto cada uno se presentan Griezmann y Messi al duelo. El jugador del Atlético marcó de penalti y fue sustituido siempre, mientras Leo desea prolongar su ascensión. El diario L’Équipe ilustró su portada del viernes con un «¡No pasará!». En la imagen aparecía Leo rodeado de cinco franceses, entre ellos su compañero Umtiti, que defendió a la estrella. «Estoy codo con codo con él cada día. Nos llevamos muy bien, es una gran persona. Habla, ríe, se divierte como cualquiera. Es difícil de parar, tiene una calidad fuera de lo normal».

El central, sin embargo, confía en las opciones francesas. «No tenemos miedo. El Messi de Argentina no es el de Barcelona porque a su lado no tiene los mismos jugadores», aclaró Umtiti, que criticó algunos comentarios. «Los argentinos no entienden que no puede hacerlo todo solo Leo». El portero Lloris también echó flores al azulgrana. «¿Mbappé parecido a Messi? No, Leo es único. Es absolutamente imposible compararlo con nadie».

A las alabanzas se sumó Deschamps, a quien le sobra cemento en su equipo para contrarrestar la magia del astro. «Messi es Messi. Miren sus estadísticas: 65 goles en 127 partidos. Sabemos perfectamente que con nada puede ganar un partido. Tiene una visión diferente y trae soluciones para sus equipos», reflexionó el míster, que prefiere evadirse de los palos que llegan desde su país, empezando por excampeones del Mundial 1998.