Luis Enrique dirigió anoche su último encuentro como técnico del Barcelona después de tres temporadas en las que ha conseguido nueve títulos de trece posibles y más del 76% de victorias. Después de conseguir su tercera Copa del Rey consecutiva, el entrenador asturiano deja su cargo con un palmarés envidiable.

Luis Enrique se va haciendo pleno en el torneo del KO, con dos campeonatos de Liga y un subcampeonato disputado hasta la última jornada y una Champions, a lo que hay que sumar la Supercopa de España de esta temporada, la Supercopa de Europa y un Mundial de Clubs. En el tremendo palmarés que deja Luis Enrique hay un claro protagonista, Messi, al que sus compañeros no dejan de alabar tras su nueva exhibición. «No hay cosa más grande en el mundo que jugar con Leo, convivir con él y aprender», destacó Alcácer.

En las filas rivales no hubo nada que objetar a la victoria del Barça, que no supuso ninguna debacle en los vitorianos. «Veníamos de años duros y hemos gozado esta temporada. Damos la enhorabuena al campeón, pero yo me siento ganador», señaló Manu García, el capitán alavesista.

PITADA AL HIMNO / Fieles a la tradición, los seguidores del Barça pitaron con contundencia el himno español en cuanto sonó en el Vicente Calderón con la presencia en el palco del rey Felipe. No fue una pitada tan mayoritaria como la de otras finales de Copa, pero esta vez lo silbidos fueron acompañados de cánticos en favor de la independencia. Esa situación se produjo después de que los miembros de seguridad del estadio requisaran un buen número de banderas independentistas. Aun así, en el interior del Calderón pudieron verse un buen número de esteladas, que se exhibieron de forma desafiante en cuanto sonó el himno.

El rey Felipe aguantó estoico la pitada al lado del ministro de Educación, Cultura y Deporte, Méndez de Vigo; el presidente de la Federación española de Fútbol, Ángel María Villar; y del propio presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.