El Villarreal necesita refuerzos positivos para empezar a creer firmemente en sus opciones de abandonar el furgón de cola. Tres jornadas consecutivas entre los tres últimos clasificados de Primera empiezan a pesar en un equipo cuyo ADN le hace sentirse incómodo e inseguro en las profundidades de la tabla. La llegada de Luis García Plaza en relevo de Calleja no ha supuesto el revulsivo a corto plazo esperado y el Submarino suma una preocupante racha de cinco jornadas sin ganar.

La cita del próximo sábado en Mestalla, sin embargo, tiene todos los ingredientes como para poder recuperar de una tacada las constantes vitales de un equipo que no acaba de dar una gran zancada hacia la permanencia, sino tan solo pequeños pasos insuficientes para alejar un peligro que ahora está a tres puntos de disiparse tras el empate en La Cerámica ante el Athletic. El poder reactivador de un derbi como el que se presentará dentro de cuatro días es una gran oportunidad para recuperar la autoestima. El Villarreal se agarra a ella y, sobre todo, a la excelente racha del equipo amarillo en los últimos años hasta hacer de Mestalla algo así como un territorio groguet. El Submarino cumple casi cinco años sin conceder una derrota en el estadio de su gran rival por la supremacía en el fútbol de la Comunitat Valenciana. Seguir esa dinámica es el mejor estímulo posible para celebrar una victoria que en la Liga lleva dos largos meses resistiéndose.

El Villarreal ha tomado la medida a los últimos proyectos del Valencia en Mestalla, incluido el actual de la mano de un viejo conocido como Marcelino. Los amarillos pudieron la pasada campaña con su exentrenador, pero también en las anteriores con la etapa de transición de Voro, el experimento de Ayestarán o la primera apuesta de Lim: el portugués Nuno. El último técnico del Valencia que pudo derrotar a los groguets en Mestalla fue el hispano-argentino Juan Antonio Pizzi. Y estamos hablando de los primeros meses del 2014.

El premio de repetir éxito en Mestalla el próximo sábado tampoco desmerecerá a los de los últimos triunfos de los amarillos en uno de los estadios con más solera del fútbol español. La afición ché ha tenido que soportar en los últimos años celebraciones por todo lo alto del club amarillo sobre su propio césped.

Hace dos temporadas, Fernando Roig y Fran Escribá se abrazaban en el verde de Mestalla después de culminar la quinta plaza que llevó al Villarreal directamente a la fase de grupos de la Europa League. La alegría grogueta en Mestalla fue mucho mayor en mayo del 2016, cuando a falta de dos jornadas para la conclusión del campeonato el Submarino sacaba su pasaje hacia la previa de la Champions gracias a un 0-2 en el templo valencianista.

COQUELIN, DUDA EN EL RIVAL

Luis García solo tendrá que lamentar, en principio, la baja por sanción del argentino Funes Mori para intentar prorrogar la racha en Mestalla. Marcelino, por su parte, podría añadir a la baja de otro viejo conocido de la afición amarilla, Gabriel —también por motivos disciplinarios—, la de Coquelin, por unas molestias en el adductor que le hacen ser duda.