El Villarreal B ya ha comenzado a preparar la vuelta a la competición. El filial amarillo, que recupera para el próximo partido del 7 de enero ante el Baleares a Juan Ibiza y Miguelón, ha conseguido sobreponerse a todos los obstáculos presentados hasta la fecha para cumplir con creces los objetivos marcados, como avala su segunda posición actual.

Su entrenador, Miguel Álvarez, no esconde su satisfacción por el trabajo realizado: «Estoy contentísimo porque luchamos contra monstruos de siete cabezas y seguimos arriba con gente muy joven. Estaría bien sumar 36 puntos también en la segunda vuelta». El técnico afirma que en el club no ha escuchado aún «la palabra ascenso», pero no esconde la «ilusión por subir, pero hay que ser prudentes y exigentes».

Para mantener el ritmo de los cocos de la categoría, contando además con la posible promoción de futbolistas como Raba, Ramiro, Pau o Chuca, se le preguntó por la necesidad de refuerzos: «El club es consciente de que si tiene que traer algo, lo hará, pero si no fichan nada seguiremos apostando por los de abajo. Las lesiones han servido para que siete u ocho jugadores que no tenían minutos al principio ahora estén muy rodados y para promocionar a Lozano, Manu, Andrei o Andi».

Miguel Álvarez está «a expensas de lo que decida Calleja, pues lo primero es la formación» y añade que la presencia del madrileño en el primer equipo «es una grandísima suerte para los canteranos, porque les conoce y ya ha demostrado que no se arruga».

Por último, el preparador afirma que lo que más le ha sorprendido en este tiempo en el club es «la gran apuesta por el fútbol base. No es normal ver a los dueños en partidos del cadete, juvenil... y esa exigencia la transmiten a los equipos de la cantera». A nivel personal, al nuevo año le pide «seguir disfrutando de la profesión, que no se acabe mi estancia e el Villarreal porque estoy contentísimo desde el primer día».