El retraso de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se ve complicado por la disponibilidad de instalaciones como el Estadio Olímpico o la Villa de los Atletas, construidas para su uso exclusivo durante las fechas inicialmente previstas para el evento. Las dificultades para utilizar estas instalaciones deportivas más allá del próximo verano suponen un quebradero de cabeza adicional para los organizadores de cara al aplazamiento de la cita olímpica, junto al impacto económico que tendría esa medida y a otras dificultades logísticas.

"Varias sedes críticas necesarias para los Juegos podrían no estar ya disponibles", admitió el Comité Olímpico Internacional (COI) en su comunicado publicado el pasado domingo, cuando anunció que se daba un plazo de cuatro semanas para estudiar el posible retraso de los Juegos. Este martes, en cambio, insisten fuentes cercanas al COI que la decisión podría tomarse esta misma semana debido a la presión internacional. "Uno de los temas a considerar en este plazo es la disponibilidad de las sedes, ya que afectaría tanto a un posible retraso de un mes como dentro de un año o dos", dijo por su parte el presidente del comité organizador de Tokio 2020, Yoshiro Mori, en una comparecencia ante los medios informativos locales.

40 SEDES

La capital japonesa y otras localidades que acogerán pruebas olímpicas cuentan con 40 sedes que prácticamente ya están listas para su uso, entre ellas ocho nuevas instalaciones deportivas, una decena de carácter temporal y otras ya existentes. El nuevo Estadio Olímpico de Tokio fue terminado a finales del año pasado y, según consta en el plan del Gobierno de Tokio y de la organización, será privatizado después de los Juegos para sacarle rendimiento económico acogiendo competiciones deportivas o conciertos.

El coliseo es propiedad en estos momentos del consorcio Japan Sports Council, conformado por diferentes entes públicos japoneses, y estaba previsto que sus derechos de explotación salieran a subasta y pasaran a manos de una empresa a partir del próximo otoño. La intención del Gobierno nipón era que el estadio, con capacidad para 60.000 personas, fuera renovado después del verano para aumentar su aforo y sus funcionalidades y que en la segunda mitad del 2022 estuviera ya disponible para su uso comercial.

PÉRDIDA DE INGRESOS

Sin embargo, el previsible retraso en las fechas de los Juegos deja en el aire este plan, con la consiguiente pérdida de ingresos previstos para las arcas públicas más el coste añadido que supondrá mantener el estadio hasta que pueda completarse su privatización. No es un asunto baladí, ya que la principal sede de los JJOO de Tokio ha costado 156.900 millones de yenes (1.310 millones de euros/1.410 millones de dólares), y su mantenimiento asciende a 2.400 millones de yenes anuales (20 millones de euros/21 millones de dólares) que tendrían que ser asumidos por los organizadores.Los bloques de pisos que conforman la Villa Olímpica, donde se alojarán los más de 11.000 atletas que acudirán a los Juegos, fueron construidos por un consorcio público-privado del que forma parte el Gobierno tokiota y salieron a la venta el año pasado para su uso particular tras Tokio 2020.

UN MILLAR DE VIVIENDAS VENDIDAS

Cerca de un millar de las 5.600 viviendas de la Villa ya han sido vendidas en una primera fase que contó con una demanda abrumadora, según sus gestores inmobiliarios, que han decidido posponer la venta de una nueva tanda de pisos que estaba prevista para este mes. El retraso de los Juegos empujaría adelante en el calendario los trabajos de renovación previstos en estos inmuebles y supondría incumplir las fechas de entrega fijadas para sus nuevos propietarios, además de aparcar otras proyectos de infraestructuras previstos en la zona por el Gobierno Metropolitano de Tokio.

"Tendremos que ver qué hacer con la Villa Olímpica, porque es un tema que afecta a la planificación urbanística de Tokio", dijo al respecto la gobernadora de la capital, Yuriko Koike, quien también señaló que la cuestión de los pisos ya colocados "se deberá resolver entre los agentes inmobiliarios y los particulares".Otras de las sedes más emblemáticas de Tokio 2020, como el flamante Centro Acuático, el nuevo estadio Ariake Arena (voleibol) o el Centro de Gimnasia Olímpico también figuraban en planes para su uso deportivo o de otro tipo una vez concluyan los Juegos Olímpicos (del 24 julio al 9 de agosto) y los Paralímpicos (del 25 de agosto al 6 de septiembre).Al listado de complicaciones se añaden sedes reservadas específicamente para ese periodo y que debido a su uso frecuente para toda suerte de eventos podrían estar indisponibles para las nuevas fechas por decidir, entre ellas el Foro Internacional de Tokio (halterofilia), el centro de convenciones Makuhari Messe (taekwondo, esgrima y lucha) o varios estadios de fútbol y béisbol.