El femenino B del Drac vuelve a competir esta temporada. Lo hace en Segunda Regional, la categoría más humilde del fútbol femenino, eso sí, posiblemente la más propicia para que las jóvenes futbolistas verdinegras comiencen a dar sus primeros pasos sobre el terreno de juego.

Este ejercicio, tal y como viene siendo la tónica habitual en cursos precedentes, el segundo equipo del Drac mantiene el objetivo de formar jugadoras para el primer plantel, que compite en Primera Regional, la categoría inmediatamente superior a la del primer conjunto de la entidad.

Como filial que se precie, la juventud de la plantilla es la nota predominante de la escuadra que dirigen Paco Guzmán y Paco Viciano. Y es que la media de edad es de las más bajas de la categoría, con un abanico de futbolistas menores de edad, pero con la ilusión de aprender y disfrutar de su deporte favorito, como no puede ser de otra manera.

Vestuario de ‘10’

Pero si por algo se caracteriza al Drac B, es por el buen ambiente. Las Mini Dragonas son una verdadera piña, tanto sobre el terreno de juego como en el vestuario y también fuera de él. Más allá de cada partido o de cada entrenamiento, hay un grupo de amigas, y la buena sintonía se ve reflejada en la competición.

Esta campaña, el equipo anda séptimo en la tabla, con 13 puntos, unos resultados que enorgullecen a la directiva de un club que cuida al fútbol femenino. El rendimiento en el filial, más allá de medirse en el plano competitivo, también se refleja la promoción de futbolistas al primer equipo. Jugadoras como Inés, María, Marián o Marta ya han debutado en Primera Regional.

Por otro lado, la estructura femenina del Drac va a continuar progresando, puesto que el próximo curso la entidad castellonense tiene en mente crear un representante infantil/cadete. Este proyecto de hacer escuela y fomentar el fútbol femenino desde la base es algo que repercutiría sobre el filial y el primer equipo.