El Gobierno francés, a través de su Ministro de Hacienda, Gérald Darmanin, se ha mostrado contento por el fichaje de Neymar debido al impacto que este tendrá en las arcas públicas del país.

"Si efectivamente Neymar viene a un club francés, el Ministro de Hacienda se alegra de los impuestos que va a pagar en Francia", ha afirmado el máximo encargado de las cuentas públicas francesas, que no ha dado ninguna pista sobre las cantidades que se podrían obtener a través de los impuestos al jugador.

300 MILLONES EN CINCO AÑOS

"Mejor que pague los impuestos en Francia que no en cualquier otra parte" ha continuado Darmanin, que también ha apuntado que su deber es defender los intereses del Estado, que en este caso pasan por que la gente pague sus impuestos en Francia.

Según los cálculos de los medios franceses, la hacienda gala se embolsaría unos 300 millones de euros en cinco años con la llegada de Neymar a París. Esta cifra tendría en cuenta los 100 millones en concepto de cotizaciones sociales que se deben pagar por el pago de la cláusula de rescisión de 222 millones que el jugador tiene en vigor con el Barça.

Neymar tendrá que pagar impuestos por su sueldo y también cotizaciones sociales, es decir que para tener un salario neto de 35 millones, tendría que embolsar un salario bruto de unos 62 millones de euros al año. Todas estas cifras hacen del culebrón Neymar el movimiento económico más mastodóntico de la historia del fútbol y esto significaría que el PSG no respetaría el juego limpio financiero que impone la UEFA.

LA POSIBLE ARGUCIA FISCAL Y LA NEGATIVA DE TEBAS

Por todo ello, las especulaciones llevan a pensar que la ingeniería fiscal tendrá que actuar, a través de Qatar, en el caso Neymar. El país de los petrodólares desembolsaría una cantidad cercana a los 300 millones de Euros para que el astro fuese la imagen de Qatar 2020 y pasase a ser jugador del PSG. Sin embargo, si es el PSG el que debe abonar los 222 millones, tal y como afirma el agente de Neymar, el fisco francés tratará esta suma como un anticipo en el salario y tendrá que reglar las cargas sociales que van anexas a este movimiento.

Está por ver, por tanto, cómo acaba la segunda parte del culebrón de Neymar, al que parece aún quedar cuerda dada la complejidad del movimiento económico y las fuertes reticencias de la Liga española- LFP- y su presidente Javier Tebas a aceptar el dinero de la cláusula de rescisión por Neymar.